RAZÓN PARA TENER BOCA - Relatos Eróticos

RAZÓN PARA TENER BOCA

... sabés…
-Hagamos lo siguiente; yo te la presento y se van a… almorzar, pongamos por caso…, cualquier cosa, algo para pasar el tiempo, como introducción, no a coger… Le digo que vos la querés conocer porque vas a estar mucho tiempo conmigo… ¿Te parece?
-O sea…, ¡¿Me cogeré a la hija de mi amante?! ¡Estás loca! Y no lo digo por hacerte daño, no, no, para nada. ¡No quiero hacerle daño a tu hija!
-Vamos…, no seas mañoso…, quiero que a Soledad el sexo le sea placentero, quiero que sepa lo que es eso.
-¿Qué cosa?
-Eso, que la hagás gozar…
-¿Y entonces? 
-Llevala a alguna parte, sin la menor tendencia sexual. ¿Estamos?
-Está bien. La llevo a almorzar…
-¡No adonde fuimos a cenar! 
-¡Jajaja! No te preocupés…, nos arreglaremos…
	Para el día siguiente pasé a buscarla por el taller. Allí me la presentó la mamá. Realmente la nena es tan hermosa como Diana. Incluso, más adulta, sería más voluptuosa todavía. Tiene las curvas donde hay que tenerlas…, tetas, culo, piernas…, justo, todo, todo… La llevé a un elegante y prestigioso restaurante de gente “bian…” o sea con guita y sin cerebro…
Ella está muy discretamente vestida, seguramente por consejo de su mamá. Todo muy elegante y bien acordado. Eligió una mesa en medio del salón, a la vista de todos, sin ningún misterio. El menú muy discreto también, y ella muy inteligente y delicada. Traté de dirigir la conversación hacia lo más vulgar: sus estudios, sus compañeros…, - sin mayor indicación de sus amantes -, vecinos, trabajos, ...

... proyectos… 
-Decime Dani… ¿podemos hablar de algo interesante? – Por suerte Soledad la tomó en serio. – Sé que mamá te habrá indicado no ser demasiado “difícil” conmigo…, pero… si estás con ella…, es porque podés tenerla entretenida…, y no solamente en la cama…
-Tenés razón. Ella me habla de tu inteligencia…, y me pide que hablemos pelotudeses…
-¡Jajaja! ¡Sí, es así! Vayamos al grano: ¿cuál es tu relación con mi mamá…? ¿Sos el novio, el amante…, o el próximo marido? 
-Nada de eso. Soy el ingeniero de la obra de ampliación del taller de tejido. No otra cosa…
-Sí, claro…, pero bien que cogen con todas las ganas…, y no solamente eso. La volviste loca, tremendamente enganchada con el placer que vos le brindás. No solo eso… ¡me lo reclama a mí y me dice que lo tengo que gozar con vos…! ¿Podés creer? Y… menos mal que sos como sos. Sé que le dijiste a mamá que no lo harías si yo no estaba de acuerdo, o si no nos conocíamos lo suficiente…, bueno, todo eso…
-¿Por qué soy como soy? – No entendí lo que quería decir.
-Si fueras otro hubieras dicho… “¡si fenómeno, ya mismo me la cojo! – Se inclinó sobre la mesa y me acarició la mano. – Por suerte tenés otra actitud… ¡es bueno eso! ¡Jajaja! Más allá de las buenas intenciones yo, por mi parte, puedo decir con total seguridad que te conozco… ¿Vos me conocés?
-Y…, más allá de todo lo bueno que me dijo tu mamá…
-¡Las mamás no son imparciales! ¡Jajaja!
-Pero la tuya lo es: todo lo que me dijo de vos es cierto…, para mi placer…
-¡Jajaja! ...