1. Mi hermanito


    Fecha: 12/08/2024, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Fernando, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... pregunta me haces. Por supuesto que querré, pero ¿querrás tú, que eres lesbiana?
    —Soy lesbiana porque me gustan lan chicas y cómo me hacen el amor, pero este rabo es un regalo del cielo para cualquier mujer. A casi todas mis amigas les encantaría tener una polla como esta alguna vez en su vida. Lo sé porque jugamos con consoladores y les gustan bien grandes, así que serían tremendamente felices con tu polla en su interior. Si quieres, les digo lo que guardas en el pantalón y las tendrás en fila en la puerta de tu habitación, ja, ja, ja… ¿Fantaseas con alguna en especial?
    —No… Bueno, sí, tu amiga de las gafas y la coleta de dos colores me pone como una moto. Algún día me he hecho tres o cuatro pajas solo pensando en ella.
    —¿Tres o cuatro? ¿Pero cuántas veces te masturbas tú?
    —Ufff, pues depende, pero hay días que seis o siete pajas caen. Según él estrés que tenga o las pelis que haya visto.
    —Joder, Javi, eso es casi obsesivo… Pues voy a procurar que no te la casques tanto y tengas más sexo con chicas de verdad, ya sea conmigo o con alguna amiga. Te voy a convertir en un follador brutal. Que tu polla sea recordada como algo único. Ahora ¿quieres follarme por detrás?
    —Oh, sí, Sandra, me encantaría.
    Me puse en posición a cuatro patas y mi hermano ocupó su lugar a mi retaguardia. Antes de meterla pasó los dedos por la abertura y los metió para conseguir un poco de lubricación.
    —Este es el primer coño que veo, Sandra, ¿puedo comértelo un poco?
    —Pues claro, yo te diré cómo ...
    ... hacerlo. Supongo que habrás visto en las películas cómo se hace ¿no? Pues ponte a ello y te diré la manera de proporcionarnos placer a las chicas.
    Cambié mi postura y me tumbé en la cama con las piernas abiertas.
    —No ataques nunca el coño directamente, empieza acariciando las piernas, los pies o la zona del pubis y el monte de Venus; eso nos gusta a casi todas. Pasa suavemente los dedos por la vagina y asegúrate de lubricar la zona, y luego ataca ya con la lengua y los labios. Hay muchas técnicas: lamer, chupar como un caramelo, aspirar el clítoris como una ventosa… lo importante es dar placer a tu pareja.
    Conforme le hablaba, Javier ponía en práctica mis consejos, y a fe mía que lo hacía con total aprovechamiento, pues me daba un placer inmenso con cada acción. Cuando alcanzó mi clítoris y lo mordisqueó me llegó el éxtasis: sus dedos dentro de mi vagina y mi botoncito entre sus dientes me hicieron explotar. Los temblores del orgasmo sacudían mi cuerpo entregado al adolescente que comparte genes y pasión sexual.
    —Basta, basta… La necesito dentro de mí. Métemela como a una perra y dame con todas tus fuerzas.
    Javier obedeció y se situó detrás de mí, apuntando su pollón a mi coño deseoso de ser embestido. La postura facilitó la penetración y me vi ensartada como un pincho moruno. Imprimió un ritmo endiablado a su verga, como una taladradora levantando el asfalto de las calles. El coño me chorreaba flujos que lubricaban la verga de mi hermano, facilitando los embates contra ...
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