LA BUENA SEÑORA
Fecha: 23/08/2024,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... subir y bajar, un poquito a poco, hasta que casi salía hasta la cabeza y volvía a enterrarla. Parecía que Haydé recuperaba el placer recién ahora, luego de muchos años.
Nuestros gemidos recorrían todos los espacios, cada vez más intensamente. La atraje hacia mi rostro. Besaba, lamía y chupaba los pezones. Haydé volvió a cerrar los ojos. La sonrisa cubre todo su rostro.
-¡Ay Dios! No recuerdo en mi vida momentos más hermosos que los que estoy pasando junto a vos… ¡Fue un milagro conocerte!
-¡Jajaja! Si Maggy no se hubiera dedicado a su travesura, no nos hubiéramos conocido. Ya ves…, gracias a buscar el placer del sexo por parte de Maggy, nosotros nos conocimos…, y mi interés sexual de tu cuerpo nos llevaron a disfrutar del placer… ¡Y recién empezamos!
-¡SIII! ¡Espero que sí! ¡Te lo juro Dani! – Haydé sigue cabalgando. - ¡Quiero seguir estando entre tus brazos y piernas! ¡ME VIENEEEEE!
¡Tremenda acabada por parte de la hembra! Toda mi pelvis chorreando. El chapoteo aceleró mi deseo. Una de mis manos tironeaba un pezón, la otra aferraba un glúteo. Fue el momento en que le inundé la concha…
-¡Aaaahhhh! ¡Daniiii! ¡Qué lindo! ¡Cuánto hacía que no sentía tanto placer con un ...
... hombre dentro! – Haydé se aplastó contra mí. - ¡Otro orgasmo! ¡Aaahhh! Dani…, me transformaste en otra mujer…
Unos minutos para recuperar la respiración. Cuando Haydé se desensartó, el coctel de semen y fluidos inundaron mi pelvis y la cama. Inmediatamente se tiró sobre mi ingle a chupar todo lo posible.
Nos quedamos tirados a descansar. Varios minutos, veinte, tal vez, nos acariciamos. Haydé, como casi siempre, con los ojos cerrados. Acaricio su cuerpo, pellizco los rollitos bajo el ombligo. Me levanto y me incorporo sobre ella. Abre las piernas, para recibirme. Acaricio su ingle con la pija. Ella sigue relajada, beso las tetas, las areolas, los pezones.
Poco a poco me voy irguiendo. Voy con mi boca hacia la concha. Beso, lamo, chupo…, Haydé suspira. Me levantó hacia su cabeza. Estoy sobre ella, apoyado en rodillas y codos. Busco la penetración, eso, un misionero clásico. Ya totalmente adentro. Comienzo un suave bombeo. Ella me abraza con sus piernas. Me refriego contra su cuerpo. Trato de refregar el clítoris con mi pelvis. Nos besamos ardientemente. No hay palabras, solo gemidos…
-¡Ay Dani! ¡Nada igual! ¡Y yo me hacía la indiferente! ¡No quiero que esto quede atrás!