Mi hermana
Fecha: 02/12/2024,
Categorías:
Incesto
Tus Relatos
Autor: Anonimus, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... deslizar mis labios por la curva de su cuello.
—¿Así? —susurré, dejando mis palabras flotando como un roce de terciopelo contra su piel.
Mis manos se movieron con precisión, ascendiendo por su espalda, acariciando la suavidad de su piel desnuda mientras sentía los latidos de su corazón acelerarse bajo mi toque. No había prisa, solo una cadencia lenta que permitía a cada segundo arder como un fósforo encendido.
Anita gimió suavemente cuando mis dedos alcanzaron el broche de su ropa, deslizándolo con un movimiento fluido. La prenda cayó al suelo, y ante mí quedó su cuerpo expuesto, vulnerable pero imponente, como una obra de arte esperando ser tocada. Mi mirada recorrió cada centímetro de su piel, saboreando el momento antes de que mis labios volvieran a descender, dejando un rastro ardiente por su clavícula y hacia sus tetas blanquecinas.
—Eres preciosa, Anita... —murmuré, mi aliento acariciando su piel.
Mis manos envolvieron sus tetass, deleitándose con su suavidad mientras mis pulgares trazaban círculos alrededor de sus pezones, endurecidos bajo mi toque. Sus jadeos se intensificaron, y su cuerpo respondió inclinándose hacia mí, buscando más, rogando sin palabras. Mis labios se apoderaron de uno de sus pezones, primero con delicadeza, luego con una fuerza medida, alternando entre mordiscos juguetones y suaves succiones que arrancaron gemidos profundos de su garganta.
—Lilith... —gimió, arqueando su espalda, sus manos aferrándose a mi cabello mientras me ...
... acercaba más a ella.
Bajé aún más, explorando su abdomen con besos húmedos y lentos, sintiendo cómo su piel se estremecía bajo mis labios. Cuando mis dedos se deslizaron por su vientre hasta su concha, la encontré ya húmeda, caliente, lista. El primer contacto fue ligero, casi un susurro de mis dedos sobre sus pliegues. Ella exhaló un jadeo contenido, y sus caderas se movieron instintivamente hacia mí, buscando más.
—Déjate llevar, hermana. Esto es solo para ti —le susurré antes de bajar mi boca hacia su centro.
El primer roce de mi lengua la hizo temblar, y sus muslos se abrieron aún más para mí. Saboreé su deliciosa humedad, explorando cada rincón, adaptando el ritmo de mis movimientos a sus gemidos, a los espasmos de su cuerpo que hablaban con más claridad que cualquier palabra.
Cada sonido que escapaba de sus labios me empujaba más profundo en su placer, llevándola al límite con caricias precisas y calculadas. Su espalda se arqueó con fuerza, y sus manos se aferraron a las sábanas mientras su cuerpo se rendía por completo. Era un espectáculo que me dejaba hechizada: el temblor de sus muslos, el brillo en su mirada desenfocada, la manera en que sus gemidos crecían en intensidad, reverberando en cada rincón de la habitación.
Era una mezcla de liberación y éxtasis puro, una melodía que resonaba en mis oídos. Acaricié su pelitos pubianos, dejando que el momento nos envolviera, ambas sabiendo que cruzaríamos una línea de la que nunca regresaríamos.
Capítulo ...