Oh Susana, mi hermosa madre - Relatos Eróticos

Oh Susana, mi hermosa madre

... veía todo su estómago marcando la finura de su cintura, el ombligo al aire y la bombacha negra con portaligas y medias de hilo abierto. Esa imagen me dejó estupefacto. Se me paralizó el corazón, se me escurrió la saliva y, sobre todo, se me paró la pija de manera automática. 
-Bebé, me dijo. Preciso tu ayuda, somos grandes. Ya te podrás imaginar para que te llamo. Ayudáme a dar ese primer paso.  Conocés mis mambos. Necesito que seas el primer tipo que me coja después de tantos años. Con otro no puedo…. Dale…. Se bueno. Hagamos un pacto de amor secreto con mamita. Mirá…. Me mostró su celular. Estaba abierta una página triple X. Buscá una linda porno y la vemos juntos, me dijo. Nos tocamos, nos masturbamos y acabamos juntos, ¿te parece, bebé?
- Si, mamita…. Te amo…. Dije con la voz entrecortada por los nervios y el morbo de la situación. Estaba seguro que luego de mirar unos minutos algunas escenas porno juntos, terminaría cogiendo con Susana. En otras palabras, los dos sabíamos que estábamos a punto de incestar. 
Me acordé de Taboo con Kay Parker y la busqué en internet. En segundos apareció la peli y ella que sabe muy bien inglés leyó el título: “Mom and son sex”…… que bueno dijo, justo una de sexo madre-hijo…… Mientras le contaba el argumento para ganar tiempo, adelanté un poco la cinta y le mostré las escenas claves. En pocos minutos, llegamos a la secuencia del primer encuentro entre madre e hijo……. Logramos ver la escena completa hasta el final, en la cual, el hijo ...

... eyacula en las tetas de la madre tras una formidable paja turca. Le expliqué a Susana que había leído en algún artículo de psicología que el incesto era más común de lo que se pensaba y que el símbolo de la concreción amorosa entre los amantes incestuosos en el caso de la relación madre-hijo, se consumaba cuando el varón podía volcar edípicamente todo su semen en las tetas de la madre. De esa manera, se sellaba el amor filial desde el punto de vista sexual. A partir de ese punto no hay retorno y lo que era antes una simple relación de madre e hijo se volverá una relación de amantes que se amarán inexorablemente y no podrán dejar de ser ni una cosa ni la otra. 
La escena sexual entre Kay Parker con su hijo en la ficción dura alrededor de ocho minutos. Ese pasaje fue muy pero muy erótico. Tal vez, hasta ese momento, el más apasionado de mi vida. Ambos nos excitamos y comenzamos a tocar nuestras partes íntimas. Ella la suya, yo la mía. Pero muy tímidamente. La mirada estaba puesta en el celular. No nos hablamos en ese momento, sino hasta casi llegado el final, cuando le expliqué la teoría de la acabada en las tetas de la madre. Durante esos ocho minutos nos fuimos los dos calentando de manera desenfrenada. Tratábamos de disimular lo más que podíamos, pero ya sabíamos ambos que no había vuelta atrás. Bastaba que terminara la escena para que Susana y yo hiciéramos lo mismo que habíamos visto en la película. 
De hecho, así fue. Tras el derrame de leche en las tetas después de la ...