OTRO POQUITO NENA - Relatos Eróticos

OTRO POQUITO NENA

... quedaron sin nada, y yo besando, chupando, lamiendo y acariciando esos cuerpos de belleza absoluta.
	Ahora, al estar desnudas, se volvieron más colaborativas; mientras una mamaba, la otra sostenía la pija. 
-¿Estás bien, guapetón? – Me llamó la atención el término, tan español, en boca de Ángela. - ¿Estás cómodo, tesoro? 
-No te olvidés que estarás toda la noche con nosotras. – Rosa protege el futuro.
	Las dos siguen mamando alternativamente y, asimismo, completan mi desnudés, retirando la camisa. 
-Esperen, no insistan demasiado. Son muy buenas…, demasiado… Pueden hacerme acabar muy pronto y no quiero…
Estoy cómodamente instalado en el sillón. Las dos siguen en su faena: Ángela con glande y tranco; Rosa con los huevos. Ambas se acarician las tetas y se chupan los pezones. Yo las manoseo…, ellas no dejan de reír y lamer. 
Dado que siguen de rodillas, ahora con almohadones bajo las rodillas, Ángela se arrima para una deliciosa cubana. Mientras me aprieta con las tetas, saca la lengua y lame cada vez que el glande sale por encima de los globos.
Rosa no se queda impasible. Se acomoda sobre el respaldo del sofá, llegando con su entrepierna a mi boca, con lo cual tengo una excelente sesión de lamida de concha… y todos los complementos, como clítoris, labios externos, internos y vulva. 
Luego de su orgasmo, la hago sentar a horcajadas y le indico a Ángela que se ponga en la posición en la que estaba Rosa. Todavía tengo en la boca el sabor de ésta última, cuando Ángela ...

... está acabando. ¡Las chupadas de clítoris son infalibles! 
¡La intensa cabalgata de Rosa, excita a mis huevos y el semen comienza a bramar! Luego del intenso orgasmo que la mamá de Patricia, ésta se levanta e instala de rodillas tras su amiga, a chuparle el culo, junto a mi escroto y el tronco de pija que queda al descubierto, toda vez que los saltos de Rosa lo permiten. Grandioso es sostenerle las tetas durante la cabalgata, además de sus ardientes besos…, que en verdad no había gozado hasta entonces. Estas hembras no tienen nada de románticas. ¡Sólo les interesa coger y complementos!

Rosa: Soledad	ÁNGELA: PATRICIA

-¿Les molesta si les pido que se inclinen sobre la mesa? – Ahora yo les doy un tierno beso a cada una. 
-Para nada tesoro. ¡Todo lo que vos quieras! – Rosa es la primera en aceptar; Ángela la sigue. 
Se inclinan sobre la mesa exhibiendo plenamente los soberanos culos. Me inclino sobre ellos separando los glúteos. Mientras chupo a Rosa le meto un par de dedos en el orto a Ángela. ¡Me encanta chuparles el culo! Nunca supe porque a algo tan lindo le llaman “beso negro”. ¡Los culos que he besado y chupado nunca han tenido nada de negro! ¡Y estos culos tienen el aspecto de haber tenido poco uso!
Acomodo la mano para meter un par de dedos en la concha u el pulgar en el ano. Del ano y la concha de una, voy a la otra, mientras a la “desocupada” la lamo, beso y chupo.
Los gemidos y grititos son constantes
-¡Oh! ¡Oh! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ooohhh! ¡Siiii! ¡Ggñi! ¡Ggñiii! – ...