La amorosa hija (Parte 8)
Fecha: 10/08/2017,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos
... bien que nos pasa a los hombres”.
“Dame el gusto papi, ¿sí?”, dijo Estela. “Además, verás a tus nietos y la pasaremos a todo dar, vas a ver. Sin peros”.
La rutina en casa de Estela y Mark, en Texas, era sumamente monótona. Toda su vida giraba en torno a la religión.
Mark intervino, en su fragmentado español. “Estela, quizá no es momento. Tu padre no tiene ganas de ir”. Estela lo volteó a ver con ojos que echaban lumbre para que se callara.
“Hasta te podemos presentar a unas viuditas de la parroquia”, dijo en fingido tono picarón. “Hay dos damas de buen verse, como para ti”, dijo, mirando a Anne.
Pero en realidad, Estela se regocijaba en sus pensamientos: Quiero quitarte de encima a esta prostituta y volverte al camino de la salvación. Sufre perra. Se que te estoy partiendo con eso.
Anne volteó a ver a su padre. “Tiene razón papi. Desde julio no ves a tus nietos y a lo mejor hasta novia te consigue”, dijo, al apretar su muslo por debajo de la mesa, sorprendiendo a Estela al escuchar el inesperado apoyo de su hermana. Pero Anne en realidad estaba enfurecida con su intrusa hermana y su invasiva actitud.
Cuando terminaron de almorzar, les quedaban algunas horas para estar en el aeropuerto.
“Váyanse adelantando papi”, dijo inesperadamente Anne. “Estela y yo nos quedaremos a platicar un momentito”.
Estela no pudo disimular su asombro. Esperaba que Anne asimilara el cambio sin chistar y su reacción de último momento la puso nerviosa. No estaba preparada ...
... para lo que seguramente sería y encontronazo.
Cuando Mark y don Tomás se fueron, Anne pidió un par de cafés cuando la mesera terminó de limpiar.
“Bueno”, comenzó Anne cuando sus parejas se habían retirado, “¿qué te estás creyendo Estela?”
Anne estaba dispuesta a atacar con todo a su hermana por su atrevimiento. “Lo ves muy bien, está muy bien, se molestó mucho por tu osadía… ¿Qué te pasa?”, preguntó
Estela tomo un sorbo a su café, miró hacia abajo, y luego fijamente a su hermana.
“Estas haciendo algo más que cuidar a papi Anne. Es un sacrilegio y la ley tiene un nombre para eso, querida hermana. Se llama incesto. Y no me salgas con que soy una grosera. Eres una zorra, impura, pecadora. Nada que digas o hagas me hará cambiar de parecer. Nos pasamos toda la noche orando por ustedes Mark y yo. El como hombre me dio sus puntos de vista, y yo como mujer saqué mis conclusiones. Tú y papi son amantes. Eso está terriblemente mal. ¿No piensas en Raúl y tus hijos? ¿En mami?”, concluyó señalando con determinada certeza.
“¿Cómo te consta, querida?”, preguntó Anne. “¿Acaso nos viste hacer algo? ¿Te contó alguien? ¿Papi?”.
Estela sonrió, y volteó hacia un lado. ¡Te tengo, desgraciada!, pensó deleitada.
“Anoche que llegamos, y no quiero que te enojes hermana”, comenzó a relatar Estela, “Mark y yo tuvimos una pequeña discusión porque me reclamó mi actitud en la boda, y le tuve que comentar porqué andaba así”.
“Concluimos que tú y papi pueden estar, mejor dicho, están ...