Muñeca Bondage
Fecha: 19/06/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Tus Relatos
Autor: Hecuba, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Relato íntimo y explícito en el que narro mi entrega como sumisa en una relación BDSM, detallando una velada de dominación, ataduras, humillación y placer compartido, donde me convierto en el juguete sexual de mi amo ante una audiencia anónima.
MUÑECA BONDAGE
Creo que lo suyo antes de contar lo que propiamente cabe esperar por el título del relato es cómo he llegado a ello. Así en corto, he firmado un contrato con mi novio en el cual soy básicamente una propiedad suya. En largo, la sumisión ha sido inherente en mí desde siempre y que descubrí siendo pequeña viendo dibujos animados en los que aparecían escenas mínimas de bondage. Luego ya vino la adolescencia y comencé a trastear con mis primeras cuerdas, atándome las piernas para a continuación retorcerme tratando de liberarme, pero siendo sumamente insatisfactorio al no quedar realmente bajo el control de otra persona. Más tarde vino mi primer beso con un chico, mi primera mamada, mi primer polvo. Placentero, sí, pero insuficiente. Yo quería que me ataran y me usaran sexualmente como le diera en gana a mi captor, y aunque nunca he sido ni la más tímida ni la más lanzada, proponerles algo así a las parejas que iba teniendo me daba algo de corte. Hasta que ya no pude más, claro, hasta que incluso el sexo anal se me quedó insulso. Fue así como fui a dar con un follamigo, alguien con el que tenía la suficiente confianza para contarle lo que realmente deseaba, ser el juguete bondage de mi pareja. Y tras experimentar en mi ...
... propia piel su evolución y aprendizaje con las cuerdas llegamos finalmente a firmar el susodicho contrato. Básicamente, desde fuera, parecemos un matrimonio de la época de mis abuelos. Él trabaja, pone el dinero en casa, soluciona los problemas y yo me encargo de todo lo doméstico, sólo puedo hablar en público cuando alguien se dirige directamente a mí y con el aditivo de que puede atarme cuándo le plazca, durante el tiempo que él quiera y todos mis orificios están a su entera disposición en todo momento. Hay límites, obviamente, la gran mayoría de ellos no están escritos en piedra, y a medida que evoluciono como juguete bondage, los vamos ampliando. Mi boca ya se ha hecho, por ejemplo, a ballgags de 6 cm, ahora uso pinzas para los pezones con un poco de peso, mis codos ya pueden atarse juntos, ya me he dado algún morreo con alguna mujer a pesar de ser 100% heterosexual, y me he comido la polla de algún amigo de mi propietario a petición suya (la última fue a un pobre que lo acababa de dejar su novia y mi amo quiso que le levantara la moral).
Hasta ahí un poco lo que vendría a ser el preámbulo. Quiero aclarar también, antes que nada, que no diré mi nombre, ni mi edad, ni cualquier pista relacionada con mi vida privada. Ya tuve una muy mala experiencia en el pasado por filtrar información personal, con amenazas y acoso, y no se volverá a repetir. Así que el lector puede imaginarme cómo más le guste. Ningún problema con ello, no os cortéis. Al fin y al cabo el motivo que me ...