1. Muñeca Bondage


    Fecha: 19/06/2025, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: Hecuba, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... guiaron hasta hacerme poner de rodillas e intuyendo lo que se esperaba de mí abrí la boca para recibir la polla que con tanto ansia mi coño reclamaba. De todos mis orificios para dar placer a mi amo la boca era mi preferida. Cuando me follaba por delante o por detrás era él el que hacía el esfuerzo, sin embargo, satisfacerlo con la boca era la muestra perfecta de sumisión. Yo no recibía placer alguno al hacerlo, él recibía toda la atención que se merecía sin hacer nada ya que yo me encargaba de hacer todo el trabajo y no hacía falta limpiar posteriormente su corrida ya que esta iba a parar al fondo de mi garganta. Con la polla bien limpia por mi saliva bastaba con que se volviera a subir los calzoncillos y los pantalones para continuar con los ires y venires de su día a día.
    Sin embargo, mi boca tendría que esperar, ya que una vez de rodillas me reclinaron hacia delante, exponiendo todo mi culo. No tenía ni idea de cuánta gente habría a mi alrededor, percibía vibraciones y presencias entorno a mí y también voces inidentificables, y eso me excitaba de sobre manera. ¿Cuántas pollas ya habría puesto duras con la rendición y sumisión de mi cuerpo? Con las manos separé bien mis nalgas, ofreciéndome a la audiencia. Noté que  comenzaron a masajear el clítorix por encima del tanga, y ahí sí que sí ya supe que era mi propietario quien me estaba poniendo a cien. En la posición en la que estaba sabía perfectamente qué era lo que iba a ocurrir. Mi amo me estaba calentando para relajar ...
    ... mi culo y reventármelo posteriormente con su polla o con un plug anal. Sabía que no me había dado la orden expresa de que pudiera correrme, pero como siempre me sentí tentada de hacerlo. Estaba ya tan cachonda y sensible que con un poco de atención por su parte ya me bastaba para alcanzar el climax. Conteniéndome de que eso ocurriera y gimiendo noté que hacían a un lado mi tanga sin quitármelo, y el tacto frío y denso del gel lubricante en contacto con mi ano me hizo dar un respingo.
    -	Sí, por favor, rómpeme el culo -susurré apenas audible.
    Me cayó un azote en consecuencia, que no supe si era un halago o un castigo por mis palabras, y ya por fin noté como un dedo se abría paso dentro de mí, entró al fondo y salió girando, haciéndome sentir en el cielo. Una y otra vez, aclimatándome para lo que iba a venir a continuación. Y sí, era un plug anal. Pero no uno como a los que estaba habituada, más cónicos que ovalados. Este tenía esta última forma, y por cómo comenzó a incidir por entrar era más grande lo habitual. A mí propietario no le gustaban los consoladores que eran más grandes que su propia polla. No por envidia o comparativa, como me hizo saber una vez. No, era simplemente que si mi coño y mi culo se dilataban más de la cuenta, cuando me follara, iba a sentir menos placer. Los necesitaba bien prietos para su propio disfrute personal. Sin embargo, ese tapón anal en cuestión era bastante MÁS grande. Apreté los dientes y me obligué a relajarme. Si mi amo me lo quería meter ...
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