Hailey: La enfermera de vampiros
Fecha: 08/07/2025,
Categorías:
No Consentido
Tus Relatos
Autor: AllenNilsen, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... ella jadeó y negó con la cabeza en una súplica, pero eso sólo avivó más el deseo de Owen, que dándole besos, chupones y lamidas a lo largo del cuello no pudo evitar morderla una vez más, mientras bajaba frotándose en ella con movimientos de cadera sobre su falda, una falda no muy larga; Owen lo sabía, y finalmente no pudo contenerse más: se incorporó y levantó la tela, para así apreciar el culo redondo y bien formado de Hailey, algo notorio aún con la calza blanca que lo cubría. Pasó sus manos desde abajo lentamente, sintiendo la deliciosa suavidad de los glúteos y los pliegues de la ropa interior que había debajo; al subir lo suficiente, tomó la calza y comenzó a bajarla junto a las bragas, ante lo cual Hailey soltó un alarido y se inició un nuevo forcejeo.
—¡No! ¡No! ¡No lo hagas! —gritó, con una voz desgarradora.
Hailey movió los hombros con violencia intentando zafarse y Owen la abofeteó una y otra vez, dejando marcas en su rostro, pero la joven no cedía, entonces Owen apretó su cuello con fuerza para asfixiarla. La cara completa de Hailey se tornó de un tono cárdeno rojizo, y dejó de dar pelea; aquel semblante angelical, ahora seminconsciente, estaba ya lleno de lágrimas, golpes y saliva que se escapaba de su boca.
Aireado por su terquedad, Owen la golpeó una vez más y bajó su calza y bragas con tal ferocidad que desgarró parcialmente sus costados. No se había equivocado: esas nalgas eran tan perfectas y redondas como aparentaban bajo la ropa; el vampiro le puso ...
... las manos encima y comenzó a hacer círculos, deleitándose al ver cómo el ano limpio intentaba contraerse con cada apertura. Owen se acercó y pasó varias veces la lengua por el surco.
—Está muy quieta, ¿esto le está gustando? —preguntó con un tono juguetón.
No recibió respuesta, pero tampoco resistencia; la chica parecía recuperar de a poco la consciencia, pero no las fuerzas. Los labios de su intimidad pronto fueron separados por los dedos del depredador, que luego metió su lengua para dar círculos en el interior humedecido. Hailey quiso levantarse, pero apenas pudo dar pataleos débiles y un leve quejido.
Sonriente, Owen le dio un beso a su entrada y se levantó para acercarse al rostro de su víctima, mientras la penetraba con un dedo.
—Usted es hermosa, ¿lo sabe? —le decía en el oído— Y aquí dentro es toda mía.
Owen metió un segundo dedo; excitado por el calor de la vagina y las contracciones de sus angostas paredes, comenzó a aumentar la velocidad de sus penetraciones; llegado un punto, comenzó a escuchar un sonido muy líquido y obsceno con cada entrada. Escuchó a Hailey musitar en un hilo de voz: «Basta…», entre jadeos y saliva, pero él no se detuvo.
—Oiga los ruidos que está haciendo su vagina, podría correrme de sólo escucharlos —susurró—. Es una perra muy sucia.
Continuó así durante varios segundos, hasta que sintió que su erección apenas podía ser contenida en su ropa. Sacó su pene, ya bastante lubricado por el líquido preseminal, y comenzó a deslizarlo ...