1. Mi mamá cogiendo con el panadero


    Fecha: 17/07/2025, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Karen Hernández, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... tratando de sonar tranquila—. Tal vez él ya regresó. Voy a adelantarme.
    
    Ella me observó un par de segundos, y su mirada cambió. Suavizó el gesto. No dijo nada, solo me sonrió y me acarició el brazo con cariño.
    
    —Te veo en casa, entonces —susurró.
    
    Y se giró.
    
    Y ahí fue cuando no lo pude evitar.
    
    Saqué el celular con disimulo, abrí la cámara, y comencé a grabarla mientras se alejaba. Era imposible no hacerlo. Esa imagen lo valía todo: su gorra blanca con la visera amarilla brillando con el último rayo de sol, su melena negra bailando con el viento, la chamarra de mezclilla marcando cada curva como si la hubiera esculpido a mano. Los leggings, ceñidos y atrevidos, resaltaban su figura con una seguridad que solo las mujeres libres conocen. Y las botas negras… Dios, las botas. Sonaban firme en cada paso, como si reclamaran el pavimento para ella.
    
    Su andar era poesía: sensual, elegante, con ese contoneo natural que parecía desafiar al mundo entero.
    
    Y mientras la grababa, sentí algo… algo entre orgullo, envidia buena y una punzada de deseo de ser así. De tener ese poder. De caminar como ella, segura de que no le debe explicaciones a nadie.
    
    Ella no se va… ella se desliza.
    
    Guardé el celular con una pequeña sonrisa, y suspiré mirando cómo doblaba la esquina.
    
    Yo, en cambio, me di la vuelta con paso más lento, más pensativa. Caminaba de regreso a casa, con la sensación de que algo había cambiado dentro de mí. Como si esa caminata silenciosa me sirviera para ...
    ... entender lo que significa ser mujer, más allá del escándalo, más allá del juicio.
    
    Pensé en papá, sí. Y por un momento, el miedo quiso ganarme. Tal vez iba a decirme algo. Tal vez iba a regañarme. Tal vez iba a preguntar “¿y tú también quieres andar como tu madre?”.
    
    Y la respuesta… ya la sentía formándose dentro de mí: Sí. Quiero ser libre como ella. Quiero caminar con fuego en la cadera y viento en el cabello. Quiero que mis pasos suenen como los de ella. Quiero que mi reflejo me sonría como el suyo.
    
    Tal vez aún no soy tan valiente. Tal vez hoy solo regresé a casa en silencio. Pero sé que mañana… mañana me pondré los leggings más pegados que tenga. Me peinaré bonito. Y caminaré sin miedo.
    
    Porque cuando tienes una mamá como la mía… no puedes evitar querer arder también 🔥
    
    Cuando mi mamá se dio cuenta de que se le habían quedado los guantes en la panadería, se detuvo en seco. Se llevó la mano a la cabeza, como esas actrices de telenovela, pero sin exagerar, solo con ese gesto tan suyo, tan diva sin esfuerzo.
    
    —Ay, mis guantes… —suspiró—. Los dejé sobre el mostrador, entre tanto pan y tanto coqueteo.
    
    Me miró con esa sonrisa suya que parece una mezcla entre “soy peligrosa” y “me lo merezco todo”, y me preguntó si quería acompañarla. Y por un segundo, casi le decía que sí… pero pensé en papá, en cómo me había ido sin avisarle, en su cara cuando la vio vestida así. Y en mi cara, cuando me preguntara “¿y tú también quieres ser como ella?”
    
    Así que le dije que ...
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