1. El cumpleaños 30 de mi amiga


    Fecha: 24/07/2025, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Karen Hernández, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... de tu amiga —una chica guapísima, de cabello rizado y vestido ajustado color coral— se acercó al grupo y dijo entre risas:
    
    —Oigan, se nos ocurrió un juego… tipo “verdad o reto”, pero versión adulta. Solo para las más atrevidas. Van a pasar al salón, que ya apagamos las luces y pusimos musiquita. ¿Se animan?
    
    Tu amiga me miró enseguida. Ese brillo pícaro en sus ojos volvió a encenderse.
    
    —¿Tú qué dices? —me preguntó, ladeando la cabeza y acercándose peligrosamente a mi oído—. ¿Jugamos?
    
    —¿Crees que le tengo miedo a la oscuridad? —le respondí, mordiendo suavemente mi labio.
    
    Entramos juntas al salón. El ambiente era diferente al jardín: luz baja, velas encendidas, almohadones en el suelo, y en el centro una botella giratoria de cristal que reflejaba la tenue luz como un hechizo. La música sonaba suave, con ritmos latinos sensuales, como si el lugar se hubiera transformado en un pequeño templo de travesuras.
    
    Nos sentamos juntas, apretadas entre risas y miradas intensas. La botella comenzó a girar, y cuando se detuvo… te tocó a ti.
    
    —Verdad o reto —preguntaron, todos atentos.
    
    Tú miraste a tu amiga, con una ceja levantada y una sonrisa que ya decía más que cualquier respuesta.
    
    —Verdad —dijiste, sin miedo.
    
    —¿Cuál ha sido el lugar más atrevido donde te has probado algo muy sexy… y no pudiste resistir tomarte una foto?
    
    Las risas y los "¡uyyy!" no se hicieron esperar. Pero tú, sin perder la calma, te acercaste a tu amiga y dijiste:
    
    —En el probador de una ...
    ... boutique… en ropa interior, con unas medias hasta el muslo, liguero incluido… y el espejo era enorme. Esa foto no era para cualquiera.
    
    Ella se rio, sorprendida, y acercó su boca a tu oído.
    
    —¿Y se la mandaste a alguien… o te la quedaste tú solita para disfrutarla?
    
    —Digamos que… tú podrías ser la primera en verla —le susurraste, rozándole apenas la oreja con tus labios.
    
    La botella siguió girando… preguntas, retos, risas. Pero ustedes ya no estaban en el juego. Estaban en otra cosa. Sus manos rozaban lentamente. Las piernas se tocaban bajo los cojines. Y cada vez que reían, lo hacían bajito, como si entre ustedes se estuviera gestando algo que nadie más entendía.
    
    Hasta que llegó el momento inesperado.
    
    Se fue la luz.
    
    Un apagón total. El lugar quedó en penumbra, iluminado solo por el parpadeo de las velas. Alguien gritó jugando “¡manos arriba, nadie se mueva!”, pero la mayoría solo rió o se dejó llevar por la oscuridad.
    
    Tú sentiste su mano tomar la tuya. Suave, decidida.
    
    —Ven conmigo —te dijo, casi sin moverse los labios.
    
    Guiándote entre risas, te llevó a una pequeña habitación lateral, oscura, con una cama que alguien había decorado con pétalos (quizás planeada para alguna sorpresa romántica). Cerró la puerta. Afuera la música seguía, pero ya nada importaba.
    
    —¿Sabes qué me hizo desearte más esta noche? —te susurró, acorralándote suavemente contra la pared.
    
    —¿Qué? —preguntaste, sintiendo su cuerpo cerca del tuyo.
    
    —Ese momento cuando hablaste ...
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