1. Mi encuentro con el oficial #1


    Fecha: 11/08/2025, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Karen Hernández, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... Viéndome.
    
    Una sonrisa se me escapó antes de que pudiera evitarla. Caminé hacia él despacio, con la faldita del uniforme de trabajo todavía puesta y el cabello suelto.
    
    —¿Qué haces aquí, oficial? —le dije mientras me acercaba, fingiendo sorpresa, aunque por dentro estaba temblando de emoción.
    
    —Pasaba por la zona… y pensé que tal vez salías ahora —respondió, quitándose los lentes para verme mejor—. Y justo te veo. ¿Destino? ¿Casualidad? O tal vez… ganas de verte.
    
    —¿Y qué pasa si digo que no tengo tiempo hoy? —pregunté, cruzando los brazos bajo el busto y ladeando la cabeza, coqueta.
    
    —Me iré con la patrulla y el corazón triste… —dijo en tono juguetón—. Pero pensé que tal vez, si te invito algo más tarde, después de mi turno, podríamos… no sé… seguir aquella plática pendiente. ¿Te animas?
    
    Me quedé en silencio un segundo. La verdad tenía trabajo pendiente. Planeaciones por revisar, tareas por calificar…
    Pero él estaba ahí. Mirándome como si el mundo se detuviera solo para vernos.
    ¿Cómo decir que no?
    
    —No sé… tengo cosas de la escuela. Pero… —dije jugando con un mechón de mi cabello, sin poder evitar sonreír—. Me estás tentando.
    
    —Solo será un rato… —me dijo, acercándose un poco—. Nada formal. Solo tú, yo… un par de tragos… y la misma química del otro día. Pero más tranquila, sin prisas.
    
    Tragué saliva.
    Ya estaba decidida.
    
    —Está bien… mándame la ubicación cuando salgas. Pero si me metes en problemas con mi trabajo, tú me ayudas a hacer las ...
    ... planeaciones —le dije bromeando.
    
    —Con gusto, pero yo enseño otro tipo de cosas… —me dijo, y su sonrisa fue tan sucia y encantadora que me hizo dar la vuelta y caminar de regreso a mi coche con un escalofrío bajándome por la espalda.
    
    Eran las 9:15 de la noche cuando llegó su mensaje:
    
    “Estoy fuera. ¿Lista?”
    
    Me asomé por la ventana.
    Ahí estaba su coche particular, no la patrulla.
    Lo reconocí por el brillo de los faros y esa figura masculina sentada tras el volante, esperándome.
    
    Me miré al espejo una última vez.
    Había cambiado mi ouffit regular (jeans ajustados y mi escote prininciafo) por algo más atrevido:
    una blusita negra con hombros caídos, sin brasier debajo, y un short de mezclilla que apenas cubría lo esencial.
    Labial rojo, perfume dulce… y muchas ganas de portarme mal.
    
    Salí, con el corazón latiendo fuerte.
    Él bajó del auto y me abrió la puerta, como un caballero… pero con esos ojos que me desnudaban sin pedir permiso.
    
    —Te ves… peligrosa —murmuró al verme.
    
    —Eso pensé de ti desde el primer día —le respondí, subiendo al coche.
    
    Dentro, el ambiente estaba cálido.
    En el asiento trasero, habia una botella de whisky bien frío.
    
    —¿Entonces… a dónde vamos? —pregunté mientras él comenzaba a conducir.
    
    —A un lugar más privado. Sin terreno esta vez. Algo más cómodo. Un amigo me prestó su casa por la noche. Está sola… y tiene una terraza hermosa para mirar las estrellas.
    
    Lo miré de reojo, juguetona.
    
    —¿Y qué vamos a hacer mientras vemos las ...
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