1. Ahora somos amantes


    Fecha: 03/01/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos

    ... sí claro ¡Mearte en mi cara luego de la mamada que te hice el otro día no cuenta! ¿verdad? Que te vengas en los calzones porque te masturbé entre mis nalgas, tampoco es infidelidad. Qué congruente.
    
    Luego de un breve silencio, H. me respondió una de las estupideces más grandes que he escuchado en mi vida -Dulce, es que aún no lo hemos hecho, quiero decir, no hemos cogido, eso para mí es infidelidad. Así que para evitar malos entendidos, te voy a proponer que a partir de ahora, seamos amigos, solo amigos. Sin tus juegos ni nada ¿está bien?
    
    -¡Claro que no está bien! Pero si eso te tranquiliza, yo acepto. Solo que con una condición. Déjame seguir con eso a lo que llamas "mis juegos". Al fin y al cabo, tu definición de infidelidad está definitivamente ligada a lo que hagas o dejes de hacer con la polla. Cosa que me parece bastante idiota, pero te lo voy a perdonar, porque me gustas y porque soy muy buena gente.
    
    -Bueno, pero tampoco te pases de la raya, besarnos de vez en cuando estará bien, fajar y esas cosas, no tan bien, pero lo haremos; nada más, todo lo demás queda fuera del trato.
    
    -Bueno, lo que me pides es sumamente estúpido y soy sumamente intolerante a las estupideces, pero solo por tratarse de ti, acepto. Ahora, acuéstate, que voy a "jugar" contigo y el aceite... Ya sé, ya se, ni siquiera te voy a agarrar la verga, esa te la jalas tú si te dan ganas, o le llamas a tu esposa para que venga a chupártela, a ver si lo hace mejor que yo. Ándale, acuéstate, que se ...
    ... acaba el tiempo-. Él se acostó sobre la banca, boca arriba y no dijo nada cuando le quité la toalla que tenía atada alrededor de la cintura. Antes de embadurnarle el tórax con el aceite, desactivé la válvula que dejaba salir el vapor, no me gustaba para nada estar en medio de la niebla, sudando como un minero.
    
    Estuve acariciando su cuerpo, deslizándole mis manos lubricadas con el aceite y cumpliendo mi parte del trato de no tocar su miembro, que en cuestión de minutos dejó el estado de reposo para erguirse deliciosamente ante mí, que aguanté no sé cómo, las ganas de tocarlo. Luego de extender las toallas sobre el suelo del cuarto, le dije que quería acostarme junto a él -Aunque sea, me vas a abrazar ¿no?- H. se recostó como se lo pedí, puso la espalda en las sábanas y yo me acosté de frente totalmente encima de él y empecé a moverme despacio, frotándole mis tetas llenas de aceite contra su tórax y sintiendo su verga resbalando por mis muslos, cosa que me puso muy caliente y seguí moviéndome así, mientras comenzaba a besarle la boca.
    
    -Así que esto no cuenta como infidelidad según tú- Le dije dejando escapar luego un gemidito porque estaba sintiendo muy rico.
    
    -No, no cuenta.
    
    -¿Y si me besas en el cuello?
    
    -Vamos a ver- me abrazó y me besó como se lo sugerí, haciéndome sentir aún más cachonda -No tampoco cuenta
    
    -¿y si te beso así?- y muy despacito lamí varias veces sus labios cerrados, sin dejar de deslizarme sobre su cuerpo cada vez más rápido.
    
    -Oh, Dulce. ...
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