Ahora somos amantes
Fecha: 03/01/2019,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos
... siguen pensando que somos marido y mujer. Espero que eso no te haga sentir mal-. Le dije a H. una vez que nos acomodamos sentados de lado a lado en la tina de hidromasaje. -No me siento mal en absoluto. Me llevaste más allá de mis límites y no sé por qué, pero ahora me siento mucho mejor-. Destapamos la botella y junto con el vino empezamos también una deliciosa serie de besos que continuó hasta que volví a sentirme húmeda. El alcohol nos desinhibió a ambos y para cuando las caricias que nos hacíamos estaban en su apogeo, me alejé gateando hasta el extremo contrario de la tina y una vez ahí, paré las nalgas fuera del agua con las piernas un poquito separadas y con mis dedos abrí los labios interiores de mi vagina, dejando expuesta mi entradita, luego miré por encima del hombro a H. que continuaba en su lugar estimulando su verga con una mano -Ya no aguanto, mi amor. Métemelo- H. se hincó detrás de mí, y luego de tomarme por la cintura, me dio las metidas de verga que yo llevaba semanas esperando. Los chasquidos que emitía mi empapada cavidad al ser penetrada se mezclaban con el sonido de mis gemidos y los guturales quejidos que el placer que le daba mi coño sacaban de H. -Dame más duro- le pedí y después de tomarme de los hombros, me ensartó su fierro hasta el fondo una y otra vez, haciéndome gritar hasta que me corrí intensamente minutos después. Luego, quise montar a mi hombre, que recibió mi vagina cuando me abrí de piernas encima de él una vez que se había sentado en el ...
... fondo de la tina. -Vas a hacer que me venga, Dulce- me avisó luego de un rato de estarlo montando, con toda la intensión de que le ayudara a sacarme su verga del coño. -Oh, ya no aguanto, Dulce, quítate- y trató de despojarme de mi ansiado premio, pero no se lo permití y seguí montada en él y estrechando mi canal para exprimir su verga. Me acerqué a su oído y le susurré -Dámelo todo, mi amor ¿hace cuánto que no eyaculas dentro de tu esposa?- -No, Dulce, por favor ah, ya no aguanto- -Yo sí voy a dejar que te vengas dentro cuando quieras, papito- y luego de agarrarme con ambas manos de su cuello, cambié mis sentones por un frenético movimiento de cadera de adelante hacia atrás, obligando a que el vientre de su verga hiciera fricción contra la misma pared de mi vagina que Sergio había estimulado. Poco después, los dos alcanzáramos nuestro clímax casi al mismo tiempo.
Pasamos el resto del día encerrados en la cabaña fornicando como posesos, primero en la salita, en cuanto entramos, luego me dio por el culo en la cocina a la hora de comer y terminamos con otra intensa cogida en la cama como un matrimonio feliz. Al día siguiente, me desperté antes que H. y comencé a mamar su verga mientras él seguía dormido, despertando solo para empujarme con una mano en la nuca hasta hundirme su miembro ya erecto en la boca, haciendo que me atragantara con su semen cuando eyaculó. Antes de retirarnos del hotel, tomamos un baño por separado, con la intensión de que él pudiera lavar cualquier ...