1. Ahora somos amantes


    Fecha: 03/01/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos

    ... hazme lo mismo que a tu clienta ¿se puede?-
    
    Desde que Sergio vertió el aceite en mis senos, mis pezones reaccionaron poniéndose duros ante el tibio estímulo, y para cuando mi nuevo amigo comenzó a masajear mi busto, todo mi cuerpo desprendía un incontrolable deseo de ser poseído. En una de las piernas de Sergio, que las tenía abiertas por haberse puesto, digamos, montado sobre mi abdomen para complacer mi petición, noté que su verga, ya hinchada, dejaba una manchita de líquido pre seminal en donde estaba la punta. -Ya te ensuciaste- le dije, señalando con mi índice la húmeda marca en su pantalón y luego extendí mi mano para sentir la dureza de su pene. -Mira cómo estás, Sergio. Como tú dirías, con todo respeto, tienes una verga bastante grande, qué rico- El estupor del masajista terminó cuando me dispuse a jalar de las cintas que colgaban al centro del elástico de su pantalón, haciendo que se le bajaran y liberaran un hermoso pito, largo y curvado hacia arriba, teniendo en la base una densa mata de rizos negros que me hicieron cosquillas en la nariz cuando me incliné hacia él para metérmelo en la boca. Estuve succionando el líquido saladito que despedía el orificio del glande y usándolo para lubricar mi lengua que le daba vueltas saboreando la punta, mientras el masajista permanecía quieto contemplando mi boca en acción.
    
    Luego de eso, Sergio me pidió que me detuviera -Es que no es correcto, Dulce, además mi jefe me mata si sabe que te estoy haciendo esto- Paré de ...
    ... mamarle la verga y sin decirle nada todavía, tomé la botellita de aceite que estaba cerca y puse un poco del contenido en mi mano y empecé a frotársela en el miembro, luego de unos segundos en los que lo miraba a los ojos sonriéndole de manera coqueta mientras lo masturbaba, le dije -No te preocupes, si tienes miedo de que te regañen por lo que me haces ¿qué te parece si tú no haces nada y yo lo hago todo?- y me incorporé hasta invertir nuestras posiciones y quedar sentada sobre el hombre, que empezaba a disfrutar lo que yo le hacía -Además, por cómo me has tratado, supongo que puedo confiar en ti y- me puse en cuclillas, a la altura de su cadera -me parece que eres un tipo bastante saludable, así que voy a dejar que me la metas sin condón- y acomodé la punta de su fierro entre mis nalgas, apuntando directamente hacia mi ano -el único problema es que me vas a tener que coger por atrás, porque mi panochita se la estoy reservando al hombre que me acompaña ¿te parece bien?- y me senté despacio, haciendo que su verga aceitada se deslizara fácilmente en mi recto. La curvatura de la herramienta de Sergio, hacía que la punta rosara la pared posterior de mi vagina cada vez que entraba y salía de mi intestino, brindándome fuertes oleadas de placer que aumenté cuando mi amante me ayudó poniendo sus manos para que apoyara las mías mientras me daba unos sentones bastante fuertes en su verga.
    
    Luego de temerme ensartándome en su palo un buen rato, Sergio eyaculó abundantemente en el interior ...
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