1. Para mi pengirl


    Fecha: 15/01/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos

    ... la dirección de tu casa para mandarte un ramo de flores (serían jazmines) pues te juro que me sentía enamorado, me bastó soñarte para sentir tu piel, tu aroma, tu...! ¡Pero tu silencio me confundió! Después, cuando pensé que ya no me responderías nunca, ¡zaz!, ¡tuve un correo tuyo! Estaba muy emocionado y contrario a lo que cualquiera haría, suspirando contemplé durante dos minutos mi bandeja de entrada, varias veces conté una a una las letras del asunto: “Hola, guapo!” y traía un ZIP anexo. Otra vez me parecía increíble que me respondieras y mucho menos con esas líneas.
    
    Iniciabas disculpándote por tu silencio y me explicabas (Copio con Ctrl+C del correo y pego con Ctrl+V, sólo pongo comillas “” a las frases de ella, según mi entender, y cambio ‘’ por “”, las comillas que ella traía. Espero que sí lo haga bien.)
    
    “La verdad, después que vi tu mail y las fotos que me mandaste, empecé a hacer ‘cerebro’ durante varios días pensando que a nadie le haría daño lanzar una canita al aire, más si nuestros respectivos cónyuges ya saben de qué pie cojeamos” Estaba yo con la laptop abierta, viendo tus fotos y en eso, quién sabe de dónde, apareció Saúl atrás de mí, cerré el archivo de la foto, luego el texto de tu correo, pero los dos o tres segundos fueron suficientes para que él lo leyera (al menos para que su memoria tomara una foto y en unos segundos después leyera la imagen que vio) y después de mirar la pantalla, volteó a verme, arqueando las cejas. Sentí que su mirada no sólo ...
    ... recorría mis ojos sino todas las circunvoluciones de mi cerebro, lo sentí navegando por toda mi corteza sin faltarle un solo meandro qué recorrer. De pronto él y yo salimos del letargo como un salto hacia la nada y escuché el ruido de un chapuzón, como si Saúl hubiese tropezado en el córtex límbico con un charco enorme y yo sentí un hilillo viscoso en mi entrepierna. ¡Así fue, no te miento! Nuestras mentes están muy conectadas desde que éramos novios, cosa que Saúl aprovecha muy bien pues sabe cómo interpretar gestos, miradas, tics y no sé cuántas cosas más en las que yo solamente me muevo por intuición. El caso es que mi esposo, sorprendido no sé de qué, tomó aire y se marchó a su estudio. Yo me quedé admirada de su comportamiento: olía a celos y me sentí complacida que leyera tantas cosas en mí, más de lo que yo sabía en ese momento.”
    
    “A las pocas horas, en la noche, cuando estábamos acostados (siempre dormimos sin ropa), lo primero que hizo fue darme un beso y decirme ‘Te amo, mi Nena puta. Estas chiches siguen pescando incautos’, me dijo y las juntó para mamar los dos pezones a la vez. Después, sin soltarlas, bajó y hundió su cara entre mis piernas, olfateó mi vulva, probó el sabor de mi vagina empezando a lamer desde más afuera y volvió a repetir ‘Te amo, mi Nena puta...’ ¡Su lengua lo hacía tan rico que me vine pronto! ‘¡Sí que te mojaste con el mail de tu amigo, sabes a puta que te chorreaste desde hace rato!’, insistió.”
    
    “Yo ya ni me acordaba que había sentido ...
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