1. 37.2 La noche de Barcelona


    Fecha: 23/01/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... y sentía todo su tronco rodeado por mi lengua, mis labios se enterraban en el matorral de los pelos de su base y aspiraba fuerte, por la nariz para llenarme de su olor, y por la boca para llevar su verga más dentro de mí.
    
    -Déjame Daniel, deja que dure, yo también quiero mi parte.
    
    Mi miembro estaba a mil y tenía todo el fuste mojado. Abrió su boca y comenzó a comer el trozo de carne trémula que era mi polla. La saco para decirme pícaro.
    
    -Está saladita y muy rica. –siguió con su trabajo lamiendo y succionando, yo le hacía igual y eran continuos nuestros gemidos de placer, y a veces nos arrancábamos gritos. Los ruidos de succión se escuchaban muy altos cuando las pollas se escapaban de nuestras bocas.
    
    Me recreaba jugando con mi lengua en su glande que cuando lo miraba parecía sangrar. Él, por su parte, sacaba a veces mi polla de su boca y se golpeaba los labios o las mejillas, era un delirio de sensaciones y gozo.
    
    Retiré su rojo pene de mi boca y le di una palmada en su suculento trasero.
    
    - Vasiliy, ¿quieres metérmela? -su boca abandonó mi polla, la sostenía en su mano.
    
    -No, ¡oh!, no. Quiero que tú me la metas, que me utilices y que me des tu leche.
    
    Me tumbé a su lado para que nuestras bocas se encontraran y le susurré.
    
    -¿Te gusta que te folle? -no me decía nada con su boca, y sus ojos rientes y los movimientos de su cabeza me afirmaban lo que le preguntaba.
    
    Le puse boca arriba y le abrí las piernas, le pedí que las sujetara sobre su pecho y me ...
    ... incliné para llevar mi boca a su ano, mi lengua entró a la primera, se había dilatado durante el juego amoroso, no me pareció extraño porque yo sentía el mío también abierto. Le introduje dos dedos que entraron con facilidad, los unté de mi saliva para llevarla a su agujero, los metí y jugué con ellos en círculos.
    
    Vasiliy gemía y cerraba y abría su ano apretando mis dedos, disfrutaba como un loco.
    
    -Fóllame, ya, fóllame, dame tu polla, Daniel, ven.
    
    Dejé de hurgar en su culo y me dispuse a cumplir su deseo, también yo necesitaba meterla en el calor de su interior. Gritó de placer cuando inicié mi entrada en él, se mordía los labios y se agitaba jadeando y soltando suspiros morbosos.
    
    Cada vez me ponía más cachondo y mi polla iba a reventar, sostuve sus piernas en uve y sujeto a ellas entraba y salía muy fuerte moviendo su cuerpo con mis embestidas profundas.
    
    Cada vez me movía con más ritmo, más rápido y más fuerte, sentía la deliciosa calentura de su recto y como aprisionaba mi polla al salir y la dejaba libremente entrar.
    
    Perdí la consciencia de mi cuerpo y solo era una máquina moviendo infernal mis caderas, le veía disfrutar, sus sonrisa no se borraba más que para morder sus labios, hasta que comenzó a temblar, a estremecerse entre jadeos, metí mi polla muy profundo y arrancó a eyacular, era magnífico ver como brotaba de su fuente la vida.
    
    Caí sobre él y creí que le aplastaba, convulsionaba yo también y apretaba mis riñones para vaciarme en su vientre, en lo ...
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