37.2 La noche de Barcelona
Fecha: 23/01/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... más profundo de su ser.
-Así, así, Daniel te quiero. -su ano se cerraba alrededor de mi verga, sus piernas en mi cintura sujetas en mis caderas y sus brazos en mi cuello, pegaba nuestros cuerpos haciendo de dos uno solo.
- Vasiliy pequeño, eres adorable. –le besaba dándole las gracias con mis besos y él no dejaba de apretarse contra mí y creo que lloraba pero no me dejaba verle la cara apretando fuerte mi cuello.
Después nos besamos un rato, había llegado a querer a aquel muchacho en solo dos días, le había llegado a conocer como si hubiéramos estado juntos durante meses. Lo que menos quería era causarle daño y esperaba y deseaba que en unos días me recordara como una agradable aventura.
Ahora me sentía embargado por la ternura de tener entre mis brazos un cuerpo tan delicado, tan limpio y agradable al tacto de mis manos.
Se fue quedando dormido, arropado entre mis brazos y me sentí poderoso, el poder dar cariño y placer me hacía más grande y fuerte.
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La luz iluminaba la habitación cuando desperté, tenía enroscados mis brazos en el pecho del dulce chico, el que estaba debajo de él me dolía y con cuidado lo retiré.
Contemplaba la blanca y lisa espalda, un poco inclinada hacia adelante, no veía pero notaba sus glúteos pegados a mi bajo vientre y sin darme cuenta me erecté.
Volví a sentir necesidad de él y mi polla comenzó a crecer sin que yo lo pretendiera.
No quería moverme ni despertarle e intenté retirarme un poco, creía haber ...
... conseguido lo que quería, su mano se movió para sujetar mi cadera.
-No, no te separes, no me la quites. –impulsó su trasero hacia mí para restar la lejanía.
-Daniel, amor, es muy hermoso despertar así, quiero que me ames, va a ser nuestra última vez. –se dio la vuelta y me encaró, con lo alegre que siempre se muestra y la tristeza cubría su rostro.
Me quería comer y su boca no cesaba en sus besos, sus labios eran una caricia continua y los lastimaba con mi poco abundante barba.
Con ternura y sin prisas me la chupó, de igual forma pude meter su bello mástil en mi boca y lamer de nuevo su culo con restos de mi leche de la noche.
Se sentó en mi abdomen y se metió mi miembro, jugaba con él, bajaba su rostro para besarme y me cabalgaba disfrutando de mi polla dentro de su vientre.
Me gozó y le gocé, nos dimos nuestro postrero amor y nos dejamos ir en un éxtasis placentero y suave, dejándonos llevar a nuevos mundos de placer no mensurables.
Resultó una magnífica y sublime muestra de amor, dos hombres que se querían, pero que la vida no les había predestinado a permanecer unidos en sus vidas y se decían adiós, lo teníamos bien asumido pero eso no impidió que las lágrimas brotaran en una despedida de alegría y de dolor.
-Iré contigo al aeropuerto, no tengo otra cosa mejor que hacer.
Me acompañó en la ducha para limpiar nuestros cuerpos y acariciarlos por última vez, teníamos marcadas señales de una noche de amor, luego llenamos mi maleta y bajamos a comer, nos ...