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El legado de Minerva
Fecha: 27/01/2019, Categorías: Masturbación Autor: CalmaSola, Fuente: CuentoRelatos
... estrecha cintura y vientre plano. Su pubis estaba completamente rasurado y lucía un aro de oro en su labio vaginal izquierdo. Sus caderas eran dos perfectas líneas curvas que daban la impresión de ser muy suaves. Una vez seleccionada, los demás sumisos se apartaron a derecha e izquierda según fuesen hombre o mujer acompañados por sus criados. El criado de la mujer seleccionada, salió de la habitación y a los pocos segundos volvió cargando un extraño y sencillo artefacto de madera. Estaba compuesto por una especie de tablón con cuatro patas saliendo de cada pata unas finas tiras de cuero. Como una mesa, pero más alto, parecía estar hecho para colocar el cuerpo de una persona sobre él. Y así era. La esclava fue llevada a aparato y sus tobillos fueron atadas a las patas traseras. Después el criado la hizo inclinarse colocando su cuerpo sobre el tablón y sus muñecas fueron atadas a las patas delanteras... Minerva miraba la escena extasiada... Entonces se dio cuenta de que el tablón tenía dos agujeros cerca de la parte delantera y justo por esos agujeros asomaban los pechos de la esclava... El criado se dirigió a un armario que había en un rincón de la estancia y en el que Minerva apenas se había fijado. Buscó algo en él y rápidamente volvió junto a la sumisa a la que servía. Colocó lo que había cogido sobre la espalda de la criada. Y se quedó en espera de órdenes... Entonces Minerva pudo ver lo que el criado había seleccionado. Sobre la espalda de la joven ...
... descasaban una pala no muy grande de madera pulida, dos cuatro pinzas metálicas unidas entre sí por una cadena que formaba una cruz, y un artefacto de metal con forma fálica. Ella jamás había visto el miembro de un hombre, pero se supuso en seguida que clase de usos se le daba a aquel instrumento. Se sentía nerviosa ante la expectativa de lo que creía que iba a ver, y también comenzaba a sentirse excitada... ―Bueno hija, esto será una demostración sencilla. Prefiero que seas tú la que poco a poco vaya descubriendo las posibilidades. Sólo te demostraré que esa mujer es tu completa esclava y que disfrutará obedeciendo tus órdenes... El primer deseo de su padre fue que a la mujer le fuesen colocadas las pinzas, así que el criado las cogió y agachándose colocó las dos primeras en los pezones. Pasó la cadena por debajo del tablón y lo metió entre las piernas de la sumisa mostrándolas a los espectadores. Entonces Minerva pudo apreciar que las pinzas traseras eran diferentes a las de los pezones. La base punzante era larga y ancha, de forma que pudieran abarcar por completo los labios vaginales y hacer presión en toda la superficie de los mismos. Tras su colocación. Le fue ordenado al criado azotar a la sumisa. Así que este cogió la pala y durante unos segundos acarició con ella las nalgas de la mujer, como regocijándose en lo que iba a hacer. Debido a la postura y a la forma en que estaba atada la mujer, sus nalgas se encontraban muy abiertas, dejando a la vista toda su ...