CALL-BOY
Fecha: 29/01/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... las tetas (pequeñas, duras, como un limón puesto de punta, con dos chiquitos y oscuros pezones), lo que hago (sí; aprieta, cabrón, aprieta), y de mi cosecha aporto varios azotes en el ancho y duro culo que surten efecto casi inmediato, porque el orgasmo parece de categoría, largo y muy ruidoso (aaah;¡joder, que bueno!).
A la madre le debí gustar porque pidió mi número de teléfono y me estuvo visitando una o dos veces al mes durante varios años. Era una mujer caliente, una facha tremenda (apareció en los periódicos implicada junto con su marido en la trama civil del 23F), que de todo quería hacer y probar conmigo. Quizás no fuera muy profesional por mi parte, pero me daba gran satisfacción sexual y psicológica el hecho de ponerla en el suelo a cuatro patas, meterla de un solo empujón en el culo (se queja y me encanta oírlo porque se me pone más dura) y darle unos buenos azotes al mismo tiempo de insultarla. ¿Venganza proletaria?.
La moda de los tíos con mucho musculito muy marcado es bastante moderna, pero yo empecé hace tiempo a ir al gimnasio (me gusta boxear, de niño mi padre me enseñó algunos rudimentos y se me da bien) un par de mañanas a la semana y allí conocí a P. y M., un matrimonio joven que tras mi confidencia al respecto de mi profesión quisieron alquilar mis servicios durante varios días, durante un largo puente que iban a pasar en una casa de campo de su propiedad (actualmente es una afamada casa rural que aparece en todas las guías porque tiene una ...
... fuente de aguas termales de la que se comercializan distintos productos cosméticos) de un pueblo toledano tocando ya la raya de Extremadura, en una zona de caza y monte bajo.
Hacía un frío tremendo y el viaje por carreteras comarcales se hizo pesado para mí, acostumbrado a moverme por la ciudad. Eso sí, el entorno es bonito y la casa de este matrimonio es una maravilla. Tras un aperitivo contundente de embutidos de caza y quesos de la zona, mis jóvenes clientes tienen ganas de sexo y los tres nos desnudamos en un amplio salón en donde está encendido un crepitante fuego en la chimenea y a cuyo alrededor hay varios sofás y gruesas alfombras apiladas. P. es una mujer de rostro agradable, muy rubia de pelo y piel, más bien alta y un cuerpo deseable de tetas pequeñas muy bonitas, un culo alto y redondo y unas piernas largas y estilizadas. Es de las primeras mujeres que conocí que se depilaban completamente el sexo. También lleva completamente depilado el cuerpo (y esto sí que era raro entonces) su marido, M., un tío alto, muy moreno y con la musculatura propia de quien va mucho al gimnasio. Está bueno. Tiene un buen rabo que al estar depilado parece más grande aún.
Lo dos hacen grandes elogios de mi polla, tiesa y dura desde que los he visto desnudos, y ambos se arrodillan para tocarla primero y chuparla después, los dos a la vez. Me gusta. P. no se contiene durante mucho tiempo (métemela, estoy muy excitada; cómo me gusta tu polla), sobre las gruesas alfombras se pone a cuatro ...