Desbordada: Confesiones de una sesentona indomable
Fecha: 13/09/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Lucas 2304, Fuente: TodoRelatos
... intentar atraparlo, me lesioné la columna. —Hace una mueca—. Las cosas que hacemos por salvar lo que nos importa, ¿verdad?
Por primera vez, veo algo más que al seductor del edificio. Veo a un hombre que ama su oficio hasta el punto de arriesgar su propio bienestar. Un hombre con historia.
—¿Con quién das las clases? —pregunta, cambiando de tema.
—Con Maribel, los lunes, miércoles y viernes a las diez.
—¡Ah! La famosa Maribel. Tiene fama de ser implacable. Mi vecino del quinto dice que salió llorando de una de sus clases.
Me río con más ganas.
—Es cierto. No tiene piedad. Pero después de seis meses con ella, tengo músculos que ni sabía que existían.
Mientras hablamos, noto que sus ojos se detienen un segundo más de lo necesario en mi cintura. No es una mirada lasciva, sino apreciativa. Como quien admira una obra de arte y no solo un cuerpo.
—Tengo que irme —dice finalmente, consultando su reloj—. Pero ha sido un placer charlar contigo, Pepa. Deberíamos... tomar un café algún día.Au, bonica!
La invitación queda flotando en el aire, tan liviana y a la vez tan cargada de posibilidades que casi puedo tocarla.
—Me encantaría —respondo, y mi voz suena más joven, más vivaz.
Mientras lo veo alejarse, soy consciente de que Quique sigue en el balcón, silencioso testigo de nuestra conversación. Me pregunto qué habrá visto, qué habrá interpretado. Y me sorprendo al descubrir que no me importa.
De vuelta en casa, me encuentro a mi marido en su ...
... hábitat natural: hundido en ese sillón reclinable que ya debería considerarse parte de su anatomía. Está viendo tenis en la televisión con esa expresión de concentración absoluta que reserva exclusivamente para los deportes.
—¡Hombre, la exploradora ha vuelto! —exclama sin apartar los ojos de la pantalla—. Te he visto hablando con el relojero.
¿Me ha visto? Esto es una novedad. Hacía años que Quique no parecía registrar mi existencia más allá de preguntar qué hay para cenar.
—Sí, hemos coincidido en el portal —respondo, dejando la correa de Nelo y el bolso sobre la mesa—. Es muy agradable.
—Y muy popular con las señoras del edificio —añade con un tono que pretende ser casual—. La Paqui del quinto dice que cada semana trae a una mujer diferente. Un auténtico Don Juan valenciano.
Me sorprende su comentario. No por la información (los rumores sobre Ximo circulan por el edificio como las corrientes de aire), sino porque Quique muestre interés en algo que no sea el marcador del partido.
—¿Y desde cuándo te interesan los cotilleos vecinales? —pregunto mientras me quito los zapatos—. Pensaba que eso era "cosa de mujeres".
—No es cotilleo, es... información del vecindario —responde con aire de importancia—. Además, te miraba de una forma...
Dejo las sandalias a medio quitar. ¿Quique ha notado cómo me miraba Ximo? ¿Este hombre que no notaría si me tiñera el pelo de verde?
—¿De qué forma? —pregunto, genuinamente curiosa.
Quique hace algo inesperado: apaga el ...