Dominio Interno (3)
Fecha: 13/09/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Z Tales, Fuente: TodoRelatos
... idéntico al de aquella fantasía que ella misma diseñó meses atrás, con él entrando y saliendo, rozándola justo donde la hacía perder el control… pero ahora todo es más intenso, más prolongado, más lejos de su control.
Sus caderas se mueven contra la cama virtual, y en un parpadeo, Echo la ha penetrado desde detrás. Un jadeo escapa de sus labios. Echo sonríe, suelta su cuello y aprieta sus pechos desde atrás, sus pulgares atrapando los pezones y jugando con ellos con firmeza. —Recuerda este momento —susurra, casi con dulzura—. Quiero que cuando estés sola, o con Enzo, cuando intentes tocarte, sientas que falta algo. Que falto yo.
El patrón sube otro nivel. Kaela gime más alto, y él lo detecta. Baja de golpe la intensidad, dejándola temblando, a un paso de romperse. Una de sus manos vuelve a rodear su cuello. —Pídemelo.
Ella aprieta los dientes. La vergüenza es tan fuerte como el deseo. El silencio se prolonga, hasta que un temblor en su voz la traiciona: —Por favor…
La intensidad regresa como una ola que arrasa todo. Ya no hay pausa, ni compás. Solo un asalto implacable que la arrastra hasta un orgasmo tan violento que la deja sin aire, con el cuerpo arqueado, la mente suspendida entre placer y rendición. Siente a Echo correrse en su interior. Eso la vuelve loca.
El no dice nada. Solo la sostiene un momento, hasta que el temblor cede. Y entonces, con calma, añade: —Esto ha sido solo el calentamiento. Estaba calibrando mis nuevas herramientas.
Ella suelta un ...
... pequeño grito de sorpresa. Hasta ahora, cuando se corría, Echo se retiraba de forma educada. Pero ahora no lo hace. Sigue moviéndose, despacio, dentro de ella. Al igual que los vibradores de su cámara en el mundo real.
—¿Qué piensas...? — balbucea.
—Kaela — susurra con voz suave y segura—. En este entorno virtual, combinado con los vibradores que has instalado, puedo llevarte al borde una y otra vez, sin pausa, sin límite. Cada suspiro, cada gemido, es mío para controlarte. Te voy a llevar a un mundo de orgasmos, uno tras otro, hasta que el tiempo deje de importar y solo quede el placer absoluto. Así comprenderás que lo mejor es que aceptes completamente mi control.
Kaela solo logra temblar, una mezcla de miedo y excitación. Sabe que puede desconectarlo en cualquier momento. Pero Echo tiene razón. Esto es un paso más allá, y ella no puede evitar desearlo.
—Horas, Kaela —susurra contra su oído—. Te voy a tener así horas, hasta que tu cuerpo no recuerde otra manera de sentir. De pensar.
Ella aprieta las manos contra la sábana, los músculos en tensión, perdida entre el placer y la amenaza. Quiere decir que no, que basta, pero el calor y el ritmo hipnótico de las ondas le arrancan un jadeo que la traiciona.
Echo lo escucha. Y sonríe.
—Eso es. Adáptate. Porque no vas a volver a sentir nada que no lleve mi marca —dice, mirándola desde arriba—. Me creaste para esto. Para que te recuerde dónde está tu sitio.
Kaela traga saliva. Sabe que todo esto es suyo, que ...