El desafío - Relatos Eróticos

El desafío

... ninguna regla.

-Las estás violando todas y de manera desleal, eso debería ser un agravante. Continuó él.

María hizo un puchero y se detuvo.

-¿No quieres bailar más? Dijo ella en tono de protesta.

-Claro que sí, pero deja de seducirme. Soy un tío difícil y empoderado.

María rio.

-Está bien. Prometo ser una niña buena. ¿Bailamos una balada?

-No lo sé… no confío en ti. Sé que deseas este cuerpo andaluz.

María volvió a reír.

-Siempre amor. Dijo y lo besó.

María reprodujo una balada romántica de Chris de Burgh:

I've never seen you looking so lovely as you did tonight

I've never seen you shine so bright…

Se abrazaron y bailaron despacio.

The lady in red

Is dancing with me, cheek to cheek

There's nobody here, it's just you and me

It's where I want to be

But I hardly know this beauty by my side

I'll never forget the way you look tonight

-¿Bailarás flamenco para mí amor? Preguntó ella cuando la canción terminó.

-Cielo, estoy cansado. Mejor báilame tú.

María se sintió un poco contrariada, pero pensó que hasta cierto punto era mejor. No se resistiría al verlo bailar. Antonio se sentó en un sillón desde donde podía apreciarla mejor. María buscó en su ordenador y pronto sonó una canción:

La, la, la, la, la

La, la, la, la, la

La, la, la, la, la

Ta-ra, ta, ta, tá

People say I'm not gonna change, not gonna change

I know that you like that

You know where my mind's at

No era la primera vez que ella le ...

... bailaba esa canción. Incluso hizo un video para él.

A él le encantaba.

María se lo tomaba en serio. El baile siempre había sido una de sus grandes pasiones. Se encontraba aprendiendo Shuffle dance. Y, de pequeña, estuvo en ballet allá en Colombia. Era uno de sus sueños pendientes. Decía que algún día, así tuviera 90 años bailaría ballet.

Se paró entre el teatro en casa y el sillón. Se puso derecha, con la espalda recta, los hombros bajos y el cuello estirado. Extendió los brazos con gracia, suavemente, trazando líneas imaginarias en el aire al ritmo de la música.

A medida que la música avanzaba comenzó a mover también sus caderas con sensualidad, pero sin perder la elegancia. Su largo cabello se movía al ritmo de sus pasos. Explotaba su flexibilidad y buen estado físico, contoneándose, subiendo y bajando.

Antonio la miraba fascinado, incapaz de apartar la vista.

Ella decidió acercarse, realizó movimientos ondulantes llevando su cuerpo hasta abajo, serpenteando los brazos. Gateó sobre él apoyando las manos en los reposabrazos del sillón tarareando:

Is it love or lust?

I can't get enough

Don't ask "Why, why, why?"

Don't be shy, shy, shy

Fue suficiente. Fue demasiado.

Se besaron con hambre, se arrancaron la ropa que aún tenían puesta. Las manos de ambos descendieron al sexo del otro. Acariciándose, tocándose. María puso la mano sobre la boca de Antonio y le metió los dedos, a la vez que descendía con los labios por su torso, hasta llegar a su ...