1. El desafío


    Fecha: 18/09/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: DulceJulieta, Fuente: TodoRelatos

    ... llama.
    
    Y después no comprendo, en la locura,
    
    de este sueño de amor a que me entrego;
    
    si es que corre en mis venas sangre pura,
    
    o si en vez de la sangre corre fuego…
    
    Los siguientes poemas fueron de Gioconda Belli. Primero, “De la mujer al hombre”.
    
    Dios te hizo hombre para mí.
    
    Te admiro desde lo más profundo
    
    de mi subconsciente
    
    con una admiración extraña y desbordada
    
    que tiene un dobladillo de ternura.
    
    Tus problemas, tus cosas
    
    me intrigan, me interesan
    
    y te observo
    
    (…)
    
    te siento, mi compañero, hermoso
    
    juntos somos completos…
    
    Después leyó “Recorriéndote”:
    
    Quiero morder tu carne,
    
    salada y fuerte,
    
    empezar por tus brazos hermosos
    
    como ramas de ceibo,
    
    seguir por ese pecho con el que sueñan mis sueños
    
    ese pecho-cueva donde se esconde mi cabeza
    
    hurgando la ternura,
    
    ese pecho que suena a tambores y vida continuada.
    
    Quedarme allí un rato largo
    
    enredando mis manos
    
    en ese bosquecito de arbustos que te crece
    
    suave y negro bajo mi piel desnuda
    
    seguir después hacia tu ombligo
    
    hacia ese centro donde te empieza el cosquilleo,
    
    irte besando, mordiendo,
    
    hasta llegar allí
    
    a ese lugarcito
    
    -apretado y secreto-
    
    que se alegra ante mi presencia
    
    que se adelanta a recibirme
    
    y viene a mí
    
    en toda su dureza de macho enardecido (…)
    
    hasta apretar tu boca con la mía,
    
    hasta llenarme toda de tu saliva y tu aliento
    
    hasta que entres en mí
    
    con la fuerza de la marea
    
    y me invadas con ...
    ... tu ir y venir
    
    de mar furioso
    
    y quedemos los dos tendidos y sudados
    
    en la arena de las sábanas.
    
    María leía con pausa, con mirada provocadora, acentuando las palabras cuando debía.
    
    Antonio la miró en silencio. Respiró profundamente tratando de contenerse.
    
    -Escribí algo. Dijo.
    
    Él la miró con esa intensidad que no se pronuncia, pero se siente en la piel, como una corriente eléctrica que recorre la espina dorsal. Ella respondió con una sonrisa apenas perceptible, como si supiera que el momento estaba a punto de romperse, de estallar.
    
    Sus dedos rozaron los de ella primero, despacio, como si el contacto fuera un idioma secreto. Luego su mano subió, sin apuro, a enredarse en la curva de su cuello. El aire entre ambos se volvió espeso, denso, cargado de promesas.
    
    El beso llegó sin aviso, pero no sin intención. Sus labios se encontraron como si hubieran sido llamados desde siempre. Al principio fue leve, una caricia temblorosa, una exploración delicada. Pero pronto se tornó más profundo, más urgente. Sus bocas se buscaban con hambre contenida, con un deseo que se había estado construyendo gota a gota en miradas, silencios y roces... **
    
    -Es hermoso mi amor. Me encanta. Le dio un beso tierno y suave, rozando sus labios.
    
    Yo escribí algo para ti.
    
    El horizonte de mi deseo se dibuja en tu piel.
    
    Tú, tentación irresistible.
    
    Tus ojos, mi norte.
    
    Tu boca, el alimento de mi boca.
    
    Tus manos queman tatuando en mi piel mariposas, estrellas, arco iris y ...
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