El desafío - Relatos Eróticos

El desafío

... flores…

Tu sexo hace brotar de mi centro magma en búsqueda del tuyo para encenderse en un solo fuego…

Cuando María terminó de leer, se quitó el ordenador de las piernas y lo puso en la mesa de centro. Miró a Antonio y se acercó. Le dio un beso dulce y delicado. El cuerpo de Antonio respondió, trayéndola hacia él. El beso se hizo más apasionado. Antonio la tomó por la nuca y María deslizó las manos por la espalda de él. De pronto, Antonio se detuvo, respirando agitado. Se retiró, todavía con los ojos cerrados, tratando de recuperar el control. María se quedó en silencio, mirando al suelo. Ambos sabían que esto era importante. Que debían resistir.

-¿Quieres algo de comer? Dijo él.

-Sí amor. Aprovecho y voy un momento al baño. Respondió ella.

María se encerró en el baño y se miró en el espejo. Respiró profundo. Deseaba a Antonio. Sentir la textura, la candidez y el olor de su piel. Sus manos sobre ella, su sexo buscándola. Sintió su humedad. Estaba lista para él. Pensó en tocarse, pero le pareció inapropiado. Se echó mucha agua en la cara. Se sintió incómoda ante la situación. Ridícula. Bloqueó el pensamiento rápidamente.

Cuando salió del baño, ya Antonio la esperaba. Había preparado unos montaditos con pan de telera, aceite de oliva, tomate, jamón serrano y queso manchego.

Le hablaba sin mirarla.

-Bueno, me toca a mí. Antonio sacó el segundo papelito: Parqués.

El parqués es un juego de mesa colombiano en el que se hacen avanzar las fichas a través ...

... del tablero para llegar a una meta. María se lo había enseñado a Antonio quien, entre muchas otras cosas, era muy bueno para los juegos de mesa.

María escogió las fichas azules y Antonio las rojas.

Los dos se concentraron en el juego y así escaparon de sus ganas y sus cavilaciones.

María ganó la primera partida y Antonio la segunda.

Cuando terminaron de jugar ya eran pasadas las 8 de la noche. Decidieron suspender para cenar.

Terminada la cena, regresaron al sofá. Descansaron un momento.

-Creo que es hora de continuar. ¿Te parece amor? Dijo María.

Antonio asintió con la cabeza.

María sacó el tercer papelito: Juego de prendas con adivinanzas y trabalenguas.

-A ver… inicio yo. Dijo María.

Si me dejas caer, seguro que me parto. Dame una sonrisa, y siempre te devolveré otra. ¿Qué soy?

Antonio se quedó pensativo.

Repitió la adivinanza dos veces en voz alta: Si me dejas caer, seguro que me parto. Dame una sonrisa, y siempre te devolveré otra. ¿Qué soy?

-¿El espejo?

-Caramba amor. Eres un crack. Respondió María.

Bueno te toca.

-¿Qué se encuentra entre playa y mar? Dijo él.

María reflexionó por un momento.

-¿La arena? Dijo.

-No… vale, otra oportunidad. Respondió él.

-Umm… Meditó en silencio nuevamente ¿La letra y?

-Vale guapa. Así es.

-Me toca. Si una rata tiene una ametralladora, ¿qué puede hacer? Preguntó ella.

-¿Qué clase de adivinanza es esa? Dijo él.

-Una adivinanza válida como cualquier otra.

-Una rata con ...