El desafío
Fecha: 18/09/2025,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: DulceJulieta, Fuente: TodoRelatos
... que podríamos hacer ahora? ¡Guerra de cosquillas! Mientras comenzaba a hacer cosquillas a María en los costados.
- Tramposo. Eso no está en la lista de actividades. Además, ¿Acaso soy una niña? Dijo ella.
-Claro que sí. Eres mi niña mimada y caprichosa.
-Pues tú también eres mi niño mimado. Aunque lo reconozco, yo lo soy más. Dijo ella.
En todo caso, a mí no me dan cosquillas.
- ¿Cómo va a ser eso? Dijo él y siguió haciéndole cosquillas a los costados. Ella permaneció impávida.
-¿Ves? Te lo dije, no me dan cosquillas. Repitió ella.
- Joder, qué extraña eres. Exclamó él.
-Soy única querido. Respondió ella.
- Ni que lo digas.
- ¿Sabes qué sería mejor? ¡Una guerra de almohadas! Dijo ella.
Acto seguido tomó un almohadón de uno de los sillones, lo lanzó sobre él, se levantó y salió corriendo por la sala.
- ¡Ey! ¡Tramposa! ¡Regresa acá! ¡Ya verás cuando te pille! Dijo él.
Él también se levantó y comenzó a seguirla por la sala hasta atraparla. La agarró por la cintura, la tomó en brazos y la llevó de regreso al sofá.
Se puso sobre ella, sosteniendo sus manos sobre su cabeza y sujetando sus piernas con las piernas de él.
-¡Pequeña tramposa!
Entonces se inclinó y la besó. Pudo sentir como los pezones de María más erectos que de costumbre, rozaban contra su pecho. Cómo su respiración se aceleraba.
Cuando notó que la tensión se le comenzaba a acumular en la entrepierna, se puso debajo y la acomodó sobre él, acariciándole el ...
... cabello.
-Te amo. Dejó escapar ella. Te amo entero ¿Sabes? Cada cosa de ti. No solo porque seas increíblemente guapo, sexy y fantástico en la cama. Eres elegante hasta para tener defectos.
-¡Vaya maja! A veces me dices cada cosa, que alucino. No sé ni qué responder.
-Pues lo digo porque es cierto mi embrujo andaluz. Dijo ella.
-Pues me siento igual con respecto a ti, que lo sepas ¿Eh? Recuerda: Eres mi realismo mágico.
-Bueno, tengo mis dudas. Dijo ella socarronamente.
-¿Ah sí? ¿Cómo es eso? Preguntó él sorprendido.
-Pues sí. Recuerdo cuando me dijiste que era la dueña de tus masturbaciones.
-Venga, venga… recuerdo muy bien que eso lo dijiste tú.
-No, yo dije que sabía que era la dueña de tus masturbaciones, pero te pregunté qué más era para ti. Y tú solo asentiste a lo primero. Lo odié. Me rompiste el corazón. Quería ser la dueña de tu mente, tu corazón, no solo de tu pene. Dijo ella.
-Pero sabes bien que no soy un pene fácil.
-Ja ja ja… muy chistoso. Sigue sin ser un halago. Respondió ella.
-Lo siento cariño. Sabes que puedo ser muy tonto a veces.
-Eso no lo voy a discutir. Asintió ella.
-Ostras, tú si sabes cómo llevar a un tío al cielo y luego estampillarlo contra el pavimento ¿eh?
-Así es. Pero si te portas bien, solo te llevaré al cielo una (Le da un beso), otra (Le da otro beso) y otra vez (Le da un beso más largo).
Antonio la separa con delicadeza y se levanta.
- Yo lo que creo es que quieres tentarme con tantos pechiches. Pero ...