1. Pausa matrimonial = despertar sexual


    Fecha: 19/09/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Diosa Nix, Fuente: TodoRelatos

    ... hubiera tocado el timbre de mi coñito. Al notar humedad, lo introduce despacio. Frota mi perla hasta que crece como un guisante. ¡Voy a correrme y su polla ni siquiera me ha rozado! Acelera la comida arriba y la follada abajo con una maestría desconocida para mí. Me agito como si alguien estuviera moviendo la cama. Dobla el dedo y siento que me muero:
    
    —Oooooh siiiiiiiiiiii…. —chillo arrasada por el clímax.
    
    Todavía no estoy repuesta cuando empieza a comerme el chocho. Disfruta tanto o más que yo, lo hace de un modo delicioso. Alterna ritmos, coloca la lengua plana para degustar mi clítoris hasta que me derrota un nuevo orgasmo entre lloriqueos. Me quedo ida y espatarrada en la cama. Al abrir los ojos, me besa con sabor a coño.
    
    —Qué bien lo haces, cabronazo… —Le azoto el culo—. Me voy a hacer adicta a tus cunnilingus. Túmbate.
    
    Me obedece, disponiendo su cuerpo serrano para mí con la polla mirando al techo. Es la verga más atractiva que he visto, con un glande redondeado. Solo de pensar en clavármela me mojo como una muchacha. Subo sobre él, le acaricio el pecho y me la introduzco muy despacio, disfrutando de la sensación de dilatación. Suspiramos a la vez cuando hace tope.
    
    —Uuuuummm… Dios… me encanta tenerte dentro… —susurro.
    
    Comienzo a moverme suavemente. Roberto jadea con los ojos cerrados. Sigo así un rato, hasta que se incorpora y me come las tetas. Nos besamos con hambre. Estoy cachondísima, empiezo a cabalgar a buen ritmo. Gemimos a coro, sin cortarnos ...
    ... en esa cama enorme, casi de hotel. Veo el mar a lo lejos mientras monto a mi corcel y gozo sin pensar. Me corro suavemente y él emite un chillido largo de gusto. Acelero, subiendo y bajando a tope.
    
    —Siiiiiiiiii, nena…. ooooooh…. —chilla abrazado a mi espalda.
    
    —Córrete, córrete… uuuummm… déjame llena de lecheeeeeeeee…
    
    Me muerde un hombro, respirando a trompicones. Sé que está a punto. Doy el último acelerón y siento dos chorros a presión dentro de mí.
    
    —Jodeeeerrrrrrrrrrr… —chillamos a coro.
    
    Caigo agotada sobre él, sin fuerzas ni para moverme. No estoy acostumbrada a tantos orgasmos, parece que me ha arrollado un tren. Tomo un poco de aire y desmonto con un sonoro pedo vaginal. Nos reímos. Roberto busca mi boca con suavidad. Tampoco estoy acostumbrada a los mimos posteriores. Hasta ese momento, me consideraba solo un polvo oportunista. Supongo que me he perdido muchas cosas en esta modernidad en la que no hace falta estar casada para disfrutar.
    
    —Tengo que mear o reviento. —Sonríe él.
    
    —Espera, voy contigo.
    
    Su cara de desconcierto me divierte. Lo hago meterse en la ducha conmigo y me arrodillo ante él.
    
    —¡Mea!
    
    —¿Qué? Esther, no bromees, no aguanto más…
    
    —Méame, coño.—Cierro los ojos—. Siempre he querido saber cómo se siente una lluvia dorada.
    
    La orina sale en un abundante chorro templado que me empapa la cara mientras él suspira de alivio. Parece no acabar nunca, me encanta sentir cómo resbala por mi canalillo. Con la excitación, yo también tengo ...
«12...101112...20»