1. Pausa matrimonial = despertar sexual


    Fecha: 19/09/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Diosa Nix, Fuente: TodoRelatos

    ... —susurra bajándome las bragas de encaje negro que llevaba.
    
    Aunque estaba mojada por semejante calentón, tuve miedo de no lubricar bien. Roberto me hizo un dedo de aperitivo que agradecí muchísimo. Su yema rozando mi clítoris me puso a mil, haciéndome gemir. Enseguida entró ese dedo y su vecino.
    
    —Oooooooooh, sí cielo…. ummmm…. —chillé.
    
    —Te gusta, ¿verdad? Estás tan cachonda que no puedes esperar a la cama y tu macho te tiene que follar donde sea.
    
    —Siiiiiiiiiiiiiii…
    
    Sentí su polla penetrarme despacio y me encantó verme en el espejo así: con las bragas en los tobillos y una polla joven dentro. Me desabroché la blusa para que las manos de mi amante magrearan mis tetas a gusto fuera del sostén.
    
    —Así, así… ummmm…. oooooooh… Rober… tu polla me mataaaa, ooooh… cabrónnnn…
    
    El ascensor se inundó de nuestros jadeos animales. Era delicioso sentirme empotrada cada vez que me embestía. Los orgasmos me llegaban en cascada, manteniéndome en una especie de ebriedad continua. De vez en cuando nos comíamos las babas y me encantaba. Supongo que debido al alcohol, Roberto no acababa nunca. Yo jadeaba, chillaba, me retorcía y su polla diésel tenía combustible. No sé ni cómo fui capaz de mantenerme sobre los tacones. Con la otra mano me azotó a su gusto, pues mi falda estaba subida a la altura de la cintura.
    
    —¿No querías macho? Pues aquí lo tienes, rubia, hasta escocerte el chocho…
    
    —Siiiiiiiiiiiiiii, me encanta que me joda mi machooooooooooooooo….
    
    Así seguimos unos ...
    ... minutos que para mí tenían la dimensión de años. La respiración de Roberto cambió y empecé a menear el culo para ayudarle a correrse.
    
    —Nena… ooooh, me voy, me voy, me voy, ummmm… Diossssssss…
    
    Tres chorros de semen caliente me arrancaron el último de una cadena de orgasmos que no había experimentado ni de recién casada. Las piernas me flojearon de golpe y solo el brazo de Roberto evitó que me desplomara. Respirábamos como infartados. La sensación era gloriosa. Unos labios rozan mi mejilla.
    
    —Te quiero Esther. Y te seguiré queriendo mañana cuando se me pase la resaca.
    
    —Y yo a ti. —Sonrío—. Guárdate la polla y dale al botón, que van a venir los de mantenimiento pensando que hay una avería.
    
    Caímos desfallecidos en la cama en cuanto tomamos posesión de la habitación. A la mañana siguiente yo me desperté antes y fui al baño. Viendo a Roberto profundamente dormido boca arriba, pensé en que era la primera vez que nos habíamos dicho lo que sentíamos. Supe que quería tenerlo en mi vida pero no por guapo, joven o buen amante, sino por la tranquilidad que me daba. Desde que había creado mi despacho en Rota todo era diferente, empezando por mí misma. Nada más meterme de nuevo en la cama, se despertó. Le di un piquito.
    
    —Buenos días. Cuando abres esos preciosos ojitos que tienes, me siento una mujer afortunada. También te quiero estando sobria. —Me río.
    
    —Y yo quiero a la mujer maravillosa que eres: sin marido, sin miedo, sin prejuicios.
    
    Desayunamos en la propia habitación ...
«12...151617...20»