1. Pausa matrimonial = despertar sexual


    Fecha: 19/09/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Diosa Nix, Fuente: TodoRelatos

    ... intentando hacerse sitio. Mi puerta trasera se abrió estimulada por el orgasmo reciente.
    
    —Uuuummmm…
    
    —Tienes un culo maravilloso. ¿Te gusta?
    
    —Sí, sí…
    
    —¿Quieres más?
    
    —Siiiiiiiiiiii…
    
    Tras un rato, el dedo aceptó compañero. Me complacía mucho sentir la dilatación, pero no me aliviaba la calentura. Supuse que eso era justo lo que Roberto buscaba: despertar mis ganas de tener un palo en el culo. Dejé de pensar, disfrutando de la sensación de entregarme a él. Cuando ya estaba bien abierta, noté algo rasposo y húmedo.
    
    —Oooooooh… cielo… oooooooh… qué gusto…
    
    Recibir mi primer beso negro fue una delicia. Su lengua recorría mi ano con maestría hasta hacerme temblar de placer. Empecé a jadear como ida hasta quedarme de nuevo al borde del orgasmo.
    
    —Túmbate de lado, cariño, en cucharita.
    
    Mientras me disponía en la cama, Roberto tomó el lubricante. No vi qué hizo con él, solo quería sentirlo. Me abrazó por detrás, sobándome bien las tetas. Su polla resbaladiza y dura rozaba mis cachas.
    
    —Eres la mujer que más me ha hecho gozar en la cama… yo tengo ganas, ¿tú tienes ganas?
    
    —Siiiiiiiiiiiii…
    
    —¿De qué tienes ganas?
    
    —De correrme por el culo… —chillé atragantada.
    
    —Pídemelo… —Me muerde el cuello mientras me pellizca un pezón.
    
    —Dame por culo hasta que me cueste andar, pedazo de cabrón…
    
    Jamás había sentido tanta necesidad de correrme. Era una adicta a mi dosis de polla para calmar el mono. Se apretó a mí, dio un golpe de cadera y sentí su glande ...
    ... haciendo presión contra mi esfínter.
    
    —Déjame hacer… relájate, mi amor…
    
    Ningún hombre me había llamado así, ni durante el sexo ni en ninguna otra circunstancia. Me dejé ir, anestesiada por la borrachera de sensaciones.
    
    —Aaaaaaaaaaaah —chillé al sentir su tranca íntegra abriéndome en canal.
    
    La molestia fue intensa pero breve, sin llegar a dolor.
    
    —Ya me tienes, tócate a tu gusto por delante y disfruta…
    
    Al poco la sacó y sentí de nuevo desocupada, abiertísima. La segunda penetración resultó indolora y lo suficientemente placentera como para hacerme chorrear el coño. Empecé a rozarme el clítoris por instinto con la mano. Escuchaba a Roberto respirar cada vez más desordenadamente a mi espalda. Al cabo de un rato, nuestras caderas iban solas y me estaba follando el culo a placer, como si lo hubiera hecho toda la vida. Me encantaba.
    
    —Oooooooh siiiiiiiiiiii, joder…
    
    —Ya tienes roto tu precioso culo, mi vida… ummmm…
    
    —Siiiiiiiiiiiiii… —gemía yo con dos dedos dentro del coño y el garbanzo hinchadísimo.
    
    Nuestros jadeos se atropellaban en la habitación cada vez con más insistencia. El placer era distinto, más intenso. Noté que iba a correrme y pegué mi cadera a la suya, sacando bien el culo. Roberto lo notó y aceleró la follada hasta provocarme un orgasmo escandalosamente largo.
    
    —Diossssssssssss…
    
    Me harté de berrear como una trastornada. Mi ano se contrajo y noté cómo me corría por el coño mientras Roberto descargaba su lefa en mi intestino. Fue maravilloso, ...