1. Mamá, ¿por qué estás desnuda? (6)


    Fecha: 24/09/2025, Categorías: Incesto Autor: PerseoRelatos, Fuente: TodoRelatos

    ... presentación, bromas tontas sobre películas y libros. Luego, casi de la nada, el tono cambiaba.
    
    “Me encantaría llevarte a cenar, pero creo que disfrutaría más quedándome contigo en la cama todo el día.”
    
    Seguí leyendo.
    
    “Me imagino cómo te ves sin esa blusa.”
    
    Y unas horas más tarde:
    
    “Quisiera mamártelas toda la noche.”
    
    Me reí, incómodo, y miré a mamá. Ella apretó los labios, pero no se veía ni avergonzada ni asustada. Más bien, parecía divertida por mi reacción.
    
    —¿Es en serio? —pregunté, sin saber si el asombro era auténtico o fingido.
    
    —Ya ves. Yo fui la más sorprendida —soltó una risita, y me mostró otro mensaje—. Mira este:
    
    “Sé que tienes experiencia, y eso me pone mucho más caliente. Se nota que eres una mujer que sabe lo que quiere.”
    
    El mensaje siguiente era aún más específico:
    
    “¿En qué posición te gusta coger más?”
    
    Tuve que aguantar la risa. Mamá me miró, divertida, y se encogió de hombros.
    
    —¿Y tú qué respondes a esas cosas? —pregunté, acercándome para ver mejor la pantalla.
    
    —Depende —dijo, y se giró para mirarme a los ojos—. A veces me hago la tonta y cambio de tema. A veces... —hizo una pausa, como si calibrara cuánto debía confesar—. A veces respondo igual.
    
    La idea me sacudió el estómago.
    
    Quise preguntar más, pero mi verga ya me estaba traicionando.
    
    —¿Y qué le respondiste a ese último?
    
    Mamá buscó el mensaje y me lo mostró. Era escueto y letal:
    
    “En la que tú me la metas más rico.”
    
    Nos reímos los dos, con una ...
    ... risa tensa y llena de electricidad. Mamá dejó el celular a un lado y, por un momento, se quedó callada.
    
    —¿Crees que está mal? —preguntó, con una voz inesperadamente frágil.
    
    —¿Qué cosa? —dije, y sentí un extraño impulso de protegerla.
    
    —No sé… esto. Hablar así con alguien más joven, con quien claramente no va a pasar nada.
    
    —A ver, mamá, tranquila. No eres el amor de su vida. Este wey seguro sólo está intentando coger…te.
    
    No sé por qué la última sílaba se me hizo tan difícil pronunciarla.
    
    Había cierto peso ahí, cierta gravedad y hasta solemnidad.
    
    —Sí… sí… tienes razón, cariño.
    
    Sin saber por qué, le tomé la mano y ella me devolvió una sonrisa cómplice.
    
    —Después de esto, Mauricio me mandó una nota de voz, ¿quieres oírla?
    
    La voz me tembló ligeramente antes de salir, ni siquiera yo sé por qué dije:
    
    —Dale.
    
    Abrió el audio antes de que pudiera decirle que mejor no. La voz de Mauricio llenó el cuarto, y aunque era joven, había algo áspero, un filo de tabaco o de alguna vida más dura de lo que sus años permitían.
    
    —Patricia —dijo el tipo, pronunciando su nombre como si lo estuviera probando por primera vez—, no puedo dejar de pensar en cómo te voy a coger. No sólo tener sexo —aquí la voz bajó, se volvió casi un susurro ronco—, sino cogerte de verdad, hasta dejarte temblando. Me imagino tus tetas, tu culo, tus piernas, todo rebotando contra mi verga. No quiero que te vayas de mi cama ni para hacer café.
    
    Mamá parecía contener la respiración (de la ...
«1234...11»