1. Mamá, ¿por qué estás desnuda? (6)


    Fecha: 24/09/2025, Categorías: Incesto Autor: PerseoRelatos, Fuente: TodoRelatos

    ... quieras.
    
    Me quedé callado. No porque no supiera qué pedir, sino porque todas las opciones posibles se apilaban una sobre otra, como una torre inestable de jenga emocional.
    
    —¿Lo que sea? —le pregunté, y sentí que la voz me salía más grave de lo normal.
    
    Ella asintió.
    
    El mundo en la palma de mi mano.
    
    —¿Te acuerdas del día del taller de sexualidad? — escupí de una. Contuve la respiración después.
    
    Mamá me miró a los ojos concentrada. Me sentí, de nuevo, desnudo.
    
    —Sí, claro que me acuerdo —dijo, y ahora su voz temblaba un poco
    
    —Eso… me gustó —admití, y sentí que la cara me ardía de vergüenza, pero ya no había forma de dar marcha atrás.
    
    Mamá se mordió el labio y, por un momento, pareció dudar. Luego, como quien se lanza al agua fría sin pensarlo demasiado, soltó una risa pequeña.
    
    —Entonces es un trato. Mañana temprano nos vemos. Ya duérmete.
    
    —Trato hecho —le dije, y no sé si fue el alivio, el miedo, o la euforia lo que hizo que casi me diera un calambre en el estómago.
    
    Mamá se despidió con un guiño, se metió a su habitación y cerró la puerta. Yo me quedé sentado frente al escritorio, mirando la nada, con la certeza de que lo que iba a pasar al día siguiente iba a cambiar el universo entero, o al menos, mi sistema nervioso.
    
    No dormí nada. O casi nada.
    
    A las siete, mamá volvió a lanzarse sobre mi cama y abusar del pobre indefenso ser que era yo en esas circunstancias.
    
    De nuevo, la escena se repitió con pasmosidad idéntica. Mamá usaba la ...
    ... misma ropa.
    
    —Ayer lavé todo eh, no pienses que soy una puerca — aclaró, como si pudiera leer mis pensamientos.
    
    —Igual podríamos ir de compras alguno de estos días.
    
    —¡Sí! — dijo mi madre, estampándome un sonoro y efusivo beso en la mejilla.
    
    Luego: la tortura. Quise que emplear la misma técnica del día anterior: correr frente a ella para evitar caer en la tentación. (Líbranos señor)
    
    Sin embargo, el destino me jugó en contra.
    
    Esta vez, trotamos juntos casi todo el trayecto, porque mamá no cedió el paso ni una sola vez. Me mantuve a su lado, con el corazón galopando en el pecho y otro tipo de presión en el abdomen bajo. Cuando finalmente paramos, los dos estábamos tan sudados y exhaustos que ni siquiera tuvimos fuerzas de hablar. Sólo nos miramos, nos reímos y, como si fuera lo más natural del mundo, mamá volvió a tomarme la mano para caminar de regreso a casa.
    
    Mis pensamientos daban vueltas. Imaginaba, sopesaba, visualizaba, fracasaba en encontrar la forma de reclamar mi "premio" sin que sonara a favor sexual pactado entre madre e hijo. Me moría de ganas de que pasara, pero tampoco quería forzarlo. Quizá, pensé, sólo fue una broma. O un truco para motivarme. O un acto de psico-pedagogía maternal postmoderna. (en qué puto momento aprendí este vocabulario dios)
    
    De nuevo, como un pactado dejavú, caminamos juntos al baño. Sólo que esta vez, yo no tenía ni puta idea de cómo proceder.
    
    —Vale, vale — dije, intentando empezar la conversación de la forma más ...
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