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Mi madre y su Jefe
Fecha: 25/09/2025, Categorías: Voyerismo Autor: em5, Fuente: TodoRelatos
... tener una vida amorosa y de pareja, ni sexo, ni un compañero amoroso. Habían pasado 7 años desde todo aquello, y ese mensaje lo destrozó todo. Estuve todo aquel día pensando en todo lo que le diría a mi madre cuando llegara a la oficina, sin tener en cuenta claro el evidente mensaje. Pero como no, mi madre me envió un mensaje, diciéndome que no viniese a la oficina, pues era cierre de temporada y había trabajo suficiente como para privarla de mi atención. Pero, a voluntad y con resignación, decidí asentir a su mensaje pero ignorar completamente su indicación, y como consecuencia y al salir de la escuela, me dirigí a su trabajo, buscando más que una explicación, un enfrentamiento. Cuando entré a las oficinas saludé como de costumbre al de seguridad, quien obviamente no estaba informado de la situación con mi madre y que me dejó pasar sin ningún inconveniente. Subí las escaleras con ímpetu y con la misma sensación del día anterior, un ritmo cardíaco anormalmente alto y una inmensa preocupación mezclada con una morbida curiosidad. Cuando llegué a la planta donde se encontraba el buro de mi madre y la oficina de Armando, vi a mi sorpresa todos los cubículos vacíos. Nuevamente, según mi madre, el flujo de trabajo sería intenso y la falta de personal nuevamente cuestionaba su credibilidad. Pasaba los cubículos, acercándome a pasitos a la oficina de Armando , cuya luz tenue estaba encendida. A medida que voy acercandome, los murmullos y sonidos que provienen de dentro de ...
... dicha oficina se hacen más claros, por lo cual, y una vez llegué a la puerta, pude escuchar con claridad la conversacion que tenian dentro: Ya le dijiste al niño que no se pasara hoy por aquí verdad? Si, le avise, no te preocupes. Muy bien, sería una pena que se descubriera el pastel no? verdad? Se escucha un sonido seco de golpe, una nalgada clara, que hizo jadear un poco a mi madre. Usa la boca para lo que sabes Eva. Acto seguido comencé a escuchar sonidos viscosos provenientes de dentro de la oficina. Simplemente no podía moverme, mi cuerpo estaba totalmente congelado mientras escuchaba todas aquellas sandeces sin poder dar crédito. Los sonidos que podía apreciar eran de arcadas mezcladas con sonidos guturales, era asqueroso hasta de escuchar, pero, como curioso maldito, tuve la poca suerte de alzar la mirada y descubrir un espacio donde supuestamente iba el aire acondicionado superior, que permitía la vista al interior de la oficina. Apresurado y conciso, me urgi a coger una silla y situarme con dificultad sobre ella para mirar por el agujero cuadrado. Ahí, y una vez subido y expectante, apretando las manos en el borde del espacio, fui testigo del horror. Esta posición me ofrecía una vista cenital de mi madre, aquella santa mujer que me imponía respeto y ternura, de rodillas y con el cabello peinado en coleta, atragantándose con el enorme pollón de su jefe, el cabrón de Armano. Este troglodita bárbaro sujetaba a mi madre por la coleta y empujaba su ...