1. Mi sobrino me ayuda y acaba metido en mi cama


    Fecha: 25/09/2025, Categorías: Incesto Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos

    ... molestar.
    
    —Mi madre estaría encantada, y yo...también.
    
    Seguramente él no era consciente del efecto que sus continuos halagos de bajo nivel, producían en mí. Era como si estuviera preparando el terreno que llevaba tiempo sin ser trabajado, regándolo con un goteo continuo.
    
    Continuamos charlando, tratando de mantener la conversación fluida acerca de otros musicales que habíamos visto. En un momento, regresó al que acabábamos de ver.
    
    —Sophie, la protagonista de Mamma Mía, me ha recordado a mi novia Marta, no quería una relación convencional a su edad, deseaba volar. Lo deseaba tanto que se lió con un piloto —sonrió de su chiste fácil.
    
    Aunque su forma tranquila de hablar, no lo mostraba, imaginé que tenía una espinita clavada.
    
    —¿Volverías con ella?
    
    —No, es una historia pasada. Pero no puedo evitar sentir rabia.
    
    —La rabia tarda en desaparecer. Las ganas de volar no desaparecen nunca, también se pueden tener a los 50.
    
    —¿Tú las tienes? —me preguntó—. ¿O son añoranzas del pasado? —sonrió.
    
    —Quizás haya algo de eso. En mi época nos preparaban para el matrimonio y no nos planteábamos otra cosa.
    
    —Ahora eres libre. No hay marido, los hijos son mayores —insinuó.
    
    —Desgraciadamente no somos los mismos que éramos. Supongo que, en mi caso, la forma de volar sería diferente.
    
    —Podrías hacer escapadas y regresar al nido. No tendrías por qué alejarte de él.
    
    —¿Te refieres a poder tener una aventura y seguir con mi vida tal cual? —quise que me aclarara lo ...
    ... que pensaba, comenzando a alterarme su presencia.
    
    —Atreverte a hacer lo que te apetezca sin organizar una revolución.
    
    ¡Atreverse! Qué fácil sonaba eso en la voz de un chico de su edad, sin responsabilidades familiares, ni mochilas a sus espaldas. Pero no tenía escusas, nunca había sido valiente, era más fácil amoldarse a lo que se tiene que romper moldes.
    
    —Supongo que es lo máximo a lo que puedo aspirar.
    
    —Puedes aspirar a lo que quieras tía, pero es mejor no provocar sin necesidad.
    
    —¿Te refieres a tu tío?
    
    —Un poco, sí. Si lo sabes llevar, te apoyará en lo que necesites. Si le provocas, será un enemigo peligroso.
    
    Con el segundo vino ya había superado mi estado de parálisis inicial. Ahora veía frente a mí a todo un hombre, sin ningún vínculo familiar, y del que admiraba su inteligencia.
    
    Me miró directamente, una mirada de hombre, de hombre atractivo, que transmitía lo que deseaba, sin ambigüedad posible. Yo pertenecía a la generación que no llevábamos la iniciativa, pero dábamos los pasos adecuados para que el hombre se atreviera a darlos. Llevaba días ayudándome, lo había imaginado en mi cama previamente y ahora lo tenía enfrente.
    
    En mi estado de cierta desinhibición, me acerqué un poco más a él. Él lo entendió como una forma de decirle, adelante. Me atrajo hacia sí y me besó con suavidad. Noté una dulce sensación de placer al recibirlo y cerré los ojos. Al abrir los ojos, me vino de golpe la imagen del sobrino, el primo de mis hijos, el hijo de mi ...
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