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Mi sobrino me ayuda y acaba metido en mi cama
Fecha: 25/09/2025, Categorías: Incesto Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos
... que iba a correrme de nuevo. —Sí, si…—dije recibiendo una nueva descarga. Nos quedamos tendidos, recuperándonos, hablando, riéndonos de la situación. —Desde que te vi en el despacho, fantaseé con esto —confesó—. Era como si nunca hubieras estado en mi vida, me resultaste fascinante. —Inconscientemente, yo también fantaseé —le dije recordando su aparición en mi mente mientras me dejé follar por mi ex marido. Después de unos minutos de recuperación, con su polla firme de nuevo, me cogió con sus brazos, me alzó a la altura de su polla y despacio, lamiéndola con cuidado, la fui metiendo en mi boca mientras él seguía jugando con sus dedos, en mi coñito. ¡Me excitaba ese sabor! Cuando sintió mi coño dilatado, sin que me hubiera saciado de chupársela, él decidió pasar a la siguiente fase. —Mmm... Qué ganas tenía de follarte. Ya no había necesidad de resistirse. Decidida a recuperar el tiempo perdido, elevé un poco mi pelvis y al contacto de su polla, abrí mis piernas para que metiera hasta dentro el animal que él montaba entre las suyas, deslizándose sin roce de lo húmeda que estaba. Desde esa posición su polla tocaba mi clítoris cada vez que entraba y salía. Me sentía muy excitada. A la vez que me penetraba, sentía la pasión de sus palabras. «Me encantas», «como te deseo», «eres divina». —No pares por favor —le pedí alentada por sus halagos. Aceleró sus movimientos, notando que mi coño se abría a su paso. Me retorcía aplastada por su cuerpo en modo ...
... misionero, ayudando a la maniobra para que su polla siguiera avanzando hasta ver desaparecer ese pollón en mi vagina, a la vez que le ofrecía mi boca para que no dejara de besarme mientras me follaba. Parecía que me había subido en un tío vivo del placer, con su polla frotando mis labios, entrando y saliendo. Subí hasta el infinito y desde allí caí en caída libre, disfrutando de una corrida increíble. —Uff, me has subido al cielo —sollocé. —Yo no he terminado. Acábame por favor —ordenó. Con suavidad, me situé de rodillas ante él y me ofreció su polla dura y húmeda de mis jugos. Cerré los ojos, la tomé con mis manos y la fui lamiendo despacio primero, con avaricia después, cogiéndola con fuerza. Era mía. Sentía sus gemidos, ahora estaba en mis manos. —¿Te gusta así? —le pregunté retirando mi boca de su polla. Antes de responder, volvió a meter su polla en mi boca. —Síii, sigue —dijo con voz entrecortada. Aún necesité un buen rato chupando hasta que su maravillosa polla decidió regalarme su rico líquido. Apreté sus huevos para que expulsara todo el semen y se lo relamí, dejándolo satisfecho. Abrazados, con una ternura que echaba de menos, nos quedamos dormidos hasta que me despertaron sus caricias cuando despuntaban los primeros rayos de sol. Seguía el guión de anoche, recorriendo a besos mi cuerpo desde las piernas, hasta mi boca, con parada en mi entrepierna. Acaricié su cuerpo aún con los ojos cerrados, sorprendiéndome su ariete preparado para la ...