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Mi sobrino me ayuda y acaba metido en mi cama
Fecha: 25/09/2025, Categorías: Incesto Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos
... celebrarlo. ¿Me estaba proponiendo que me dejara follar por haber hecho lo que le correspondía por sus hijos? Tenía que reconocer que, aunque era un cabrón, en la cama se portaba bien y yo llevaba meses sin sexo. —¿No tenías novia? —¡Qué voy a tener novia! ¡Ah! Seguro que la cotilla de Elena te ha contado algo. Te aseguro que no hay nada con Amparo. De todas formas, a mí ya no me importaba mucho. Cedí a sus deseos y lo invité a casa. De esas decisiones que luego te arrepientes. Llegó derecho a la cama como si no hubiera echado un polvo en su vida. Asumía que los años de matrimonio le daban derecho a no perder el tiempo con juegos y si me descuido, me la mete antes de desnudarme. Yo andaba tan necesitada que me puse en modo muñeca hinchable y traté mentalmente de excitarme para disfrutar del sexo. Sin saber cómo, tan huérfana de amigos que me pudieran excitar, vino a mi cabeza Álvaro, al que ya no veía como a un jovencito, sino como un caballero protector. En mi cabeza monté una fantasía en la que era asaltada y él me protegía. A la vez oía a José Luis gruñir sin correrse, aguantando más de lo que acostumbraba de forma que comencé a disfrutar de su penetración. A la vez pensaba en Alvarito acercándose a mí y peleando con su tío por conseguirme. El grito de José Luis corriéndose me hizo desconectar de mi fantasía y acelerar para correrme, sin conseguirlo. Parecía que sus muchas aventuras post matrimoniales no le habían servido para mejorar su faceta de ...
... amante. Al final me quedé insatisfecha sexualmente y enfadada conmigo misma por haber accedido a que viniera a casa. —Podemos quedar algún día para cenar —me dijo al marcharse, como si fuera una de sus amigas. —¿Cenita y polvo? ¡Así, para que quieres pareja! —No es eso, sabes que aún te quiero. Si quisieras… —Anda déjalo —le corté antes de volviera a decir que le diera otra oportunidad —. Pide cita en el notario y nos vemos allí. Cuando se marchó, jodida de haberme quedado a medias, volvió Álvaro a mis pensamientos. ¿Por qué había fantaseado con él? Era mi sobrino… que extraño. No podía obviar que se había portado genial y le estaba muy agradecida, aunque no me gustó que lo organizara todo a mis espaldas. Decidí llamarlo. —¡Podías habérmelo dicho! —Le solté de entrada. Escuché su risa a través del teléfono. —No quería hablarte de algo que no sabía si lo conseguiría. Más tranquila, le reconocí su habilidad al planteárselo a José Luis. —Perdona. No sé cómo darte las gracias. —Yo sí. Me han regalado dos entradas para el musical Mamma Mía. Tardé unos segundos en reaccionar. Parecía que había leído mi mente y descubierto que lo imaginé junto a mí mientras era asaltada por mi marido. Aún así, me resultaba extraño salir con él. —Seguro que tienes amigos o amigas mejores que yo para acompañarte. —No creas, durante el tiempo que salí con Marta me desconecté un poco de amigos. Además, muchos de ellos ya se han ido de vacaciones. En realidad, no ...