1. Mi sobrino me ayuda y acaba metido en mi cama


    Fecha: 25/09/2025, Categorías: Incesto Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos

    ... corpulento, pero sí era alto y tenía unos ojos muy expresivos, que, al verme, recorrieron mi figura por un instante antes de sonreír.
    
    —Wow tía. Estás sencillamente preciosa —dijo como halago.
    
    Reí, nerviosa pero satisfecha. Por su educación y por lo simpático que suponía salir al teatro con mi sobrino de pareja.
    
    —Bueno, tú también estás muy...guapo —respondí halagada de que hubiera querido invitar a su tía cincuentona a una salida de ocio.
    
    En el trayecto en coche, le pedí que me contara con detalle todo lo que había gestionado con mi ex. Dijo que le resultó fácil. Aduló a José Luis, le expuso, con números, la buena operación que haría, le soltó hilo para que sintiera que era iniciativa suya y finalmente, acabó convencido.
    
    —Pues de esa manera me has ahorrado unos 100,000 euros.
    
    —Es mi trabajo. Quería ayudar a mi primo…y a ti. Imagina que ha sido tu hermano que, desde el cielo, me ha guiado.
    
    —¡Ojalá estuviera aquí! Lo echo mucho de menos, pero seguro que desde arriba se sentirá orgulloso de su hijo.
    
    —¡Y de ti! Ahora si parecerías su hija, ¡estás increíble hoy!
    
    Es cierto que los cambios en la vida a veces no se producen en un instante, sino que se van realizando poco a poco. Debió haberse producido poco a poco mi forma de verlo, pero esa tarde, admirada de la madurez que demostró negociando con mi marido, descubrí que Alvarito había llamado mi atención subconscientemente porque era un hombre atractivo. No lo percibía como un sobrino.
    
    —Entonces ...
    ... seríamos hermanos, no tía y sobrino —dije riéndome, sin saber realmente que podríamos parecer.
    
    Aparcamos en la Plaza de España. La Gran Vía estaba abarrotada de gente y me dio la mano para poder caminar sin perdernos. Me gustó la sensación de ir de su mano, disfrutando de una conversación madura. Hacía mucho que con mi ex no paseaba de esa manera.
    
    El teatro reunía una mezcla de antigüedad y elegancia que hacía retroceder en el tiempo. Cuando las luces se apagaron y los primeros acordes de la obertura llenaron el aire, me sentí feliz. Era una forma de salida de las que me gustaba y, aunque la compañía era un tanto atípica, me sentía protegida.
    
    Durante el musical me vi identificada con Sophie, la novia, la hija de Donna, que quería volar y salir de la isla antes que casarse. Yo me casé demasiado joven y no tuve ocasión de volar. Quizás podría permitirme ahora lo que no me permití entonces. Pero no había nadie en mi vida para llevarme fuera de mi isla sentimental.
    
    En un momento de la obra, me deslicé en el asiento hasta acercarme a Álvaro, vibrando con cada nota. Por un momento, olvidé todo y sin saber porqué, esta vez le cogí la mano yo y me sumergí en las aguas azules de la isla griega. Me sentí viva, disfrutando del espectáculo.
    
    En la salida del teatro, con el eco de la última nota aún vibrando en mis oídos, Álvaro me pregunto.
    
    —¿Qué te pareció?
    
    Lo miré, aún sensibilizada.
    
    —Increíble. Había visto la película pero escucharla en directo es una maravilla.
    
    No ...
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