La familia del marido de mi hermana (21) - Relatos Eróticos

La familia del marido de mi hermana (21)

... follándola el culito hasta correrme dos veces más. Con aquella edad era capaz de correrme varias veces sin que la polla perdiese consistencia. Estaba como un potro salvaje.

Después de aquel día de sexo desenfrenado de adolescentes, siempre que me la follaba tenía que hacerlo por sus tres agujeros; primero por el coño hasta que tenía varios orgasmos, después por el culo, y nunca se perdía el final llenándola la boca de leche, con lo que parecía disfrutar como una loca mamándose hasta la última gota.

Ese era el peligro que tenía mi hermana, un vicio exultante que no quería despertarla de nuevo, pero parecía que se le había despertado sin mi ayuda.

- Lo recuerdo perfectamente, y jamás se me olvidará.

- A mí tampoco. Fue una noche genial. – dijo dándose unas palmadas en los cachetes y volviéndose de nuevo hacia mi – Me ha costado que Luis me la metiese por ahí, pero lo he conseguido y le ha gustado más de lo que suponía el mismo.

Me quité la ropa y nos recostamos en la cama de lado, mirándonos con ojos candentes y lujuriosos. Nos acariciamos lentamente; creo que los dos queríamos que aquel momento se alargarse. Ella mirando mi cara de salido y yo sus preciosas tetas mientras se las sobaba reprimiendo el deseo arrtoz que ya invadía mi mente.

- ¿Y que más cosas has conseguido de Luis? – le pregunté pellizcando la uno de los pezones.

- Ummffff… Que me coma el coño babeando como un perro, que me meta la lengua en el culo antes de follármelo, que me dé unos ...

... buenos azotes hasta ponerme muy perra. Incluso una vez me mee en su boca cuando me estaba comiendo el coño, y tuve que explicarle que el placer había sido tan intenso que no lo pude evitar, jajaja.

Ella se rio, pero yo casi me meo de la carcajada que solté.

- ¡Eres la ostia, Isa! Y todo en dos semanas. ¿Qué no serás capaz de conseguir?

- Solo me queda una cosa.

Me quedé expectante, mirándola con ojos delirantes, pues no tenía ni puta idea de lo que iba a decir.

- Hacer un trío.

Solté otra carcajada mientras ella también se reía.

- ¿No crees que eso es pasarse? Hasta hace unos días Luis era un puto puritano. Le puede dar algo si le propones algo así.

- ¡Pero que dices! Ahora le conozco bien. Es un puto salido que acaba de despertar, y no voy a dejar que se duerma de nuevo. Ya he conseguido hacer un trío con una de las pelu.

- ¿Qué te has traído una tía a casa para hacer un trío con el? – pregunté con los ojos totalmente abiertos sin podérmelo creer.

- Y no veas cómo se lo pasó el cabrón, jajaja.

Metí la mano entre sus piernas y la subí palpando la madeja de vello que ya rezumaba.

- No conocía esa faceta tuya. ¿Te gustan también las tías?

- En dos años de casada con un insulso se te ocurren muchas cosas, jajaja.

- Qué callado te lo tenías. – le besé las tetas acabando con mordisquitos en los ya enrojecidos pezones.

La empujé suavemente hasta hacer que se quedase boca arriba y me coloqué sobre ella. El roce de nuestros cuerpos la excitó ...