La familia del marido de mi hermana (21) - Relatos Eróticos

La familia del marido de mi hermana (21)

... más, y abrió las piernas a la vez que metía la mano entre nuestros cuerpos para colocar la polla contra su raja. Movió las caderas, y con la habilidad que la caracterizaba, engulló el duros capullo con su coño.

- Aaaaaah… ¡Qué ganas tenía de sentir tu rabo, hermanito…!

- Y lo sentirás profundamente, hermanita, pero cuéntame esa faceta nueva.

- Se llama Elvira, y trabaja desde hace tiempo en la pelu. Empecé a notar que me miraba más de lo necesario, y sus risitas eran coquetas e insinuantes, hasta que un día que nos quedamos las dos solas a la hora de cerrar le pregunté que si yo le gustaba. Me dijo que sí con timidez, porque está casada y no quería que nadie se enterase. Le dije que por mi no había ningún problema, que estuviese tranquila que mantendría su secreto… Aaaaaah… Diossssss…

Gimió al sentir cómo le metía la polla con suavidad.

- ¡Qué polla más hermosa que tienes, cabrón! – se enroscó con las piernas a mi cintura para hacer más profunda la penetración.

- ¿Cómo es esa tal Elvira? – le pregunté a la vez que besaba sus redonditos y turgentes pechos.

- Es tímida y regordeta, pero de cintura estrechita. Con unos labios carnosos y una lengua larga que maneja de maravilla… Aaaaaah… - gimió de nuevo al sentir mi empujón.

- Supongo que eso significa que Ya te ha comido el chochito.

- Uffff… Un montón de veces. Se queda muchas tardes la última a esperar a que cierre, y en la parte trasera de la pelu, me desnuda y me come entera. La boca, el chocho, ...

... el culo… no deja ni una parte de mi cuerpo sin saliva.

- Ya veo que te gusta.

- ¡Joder que si me gusta! Me pone como una perra la muy zorra. Hasta ha hecho que me mee un par de veces, jajaja.

- ¿Y cómo es que está casada si lo que le gustan son las mujeres?

- Porque también le gustan los tíos. Según ella, a su marido lo tiene más ordeñado que a una vaca. Me cuenta que a veces la pide que pare porque ya no puede más, jajaja.

- Vaya, has encontrado a una putita que te supera.

- Y tanto. El sábado pasado, que su marido no estaba, la invité a cenar para que se camelase a Luis, que no dudó en entrar al trapo en el momento que la vio. Se presentó con un vestido apretado enseñando la mitad de sus grandes tetas, y tan corto que casi se le veían las bragas. Luis estuvo atontado durante toda la cena. Ni parpadeaba mirándola babeante. Cuando acabamos, me fui a la cocina a fregar los cacharros con la consigna que le había dado a Elvira para que le incitara, y cuando regresé de la cocina vi a Luis agarrado al culo de ella y con la cara hundida entre sus tetas. Era lo que quería y lo que necesitaba para tenerle pillado.

Ya estaba demasiado caliente para esperar, y comencé a bombear la el coño a un ritmo lento, pero continuó.

- Aaaaaah… Aaaaaah…

Empezó a gemir moviendo sus caderas para sentir con más fuerza mi ariete.

- Me encanta, cabrón… Aaaaaah… ¡Dame fuerte! – empezó a graznar con su lenguaje barriobajero.

Apoyé las manos sobre el colchón para despegar mi ...