Primera vez con mi hermano - Relatos Eróticos

Primera vez con mi hermano

... la mano y la pared encalada de un líquido viscoso y caliente. Lo miró, abriendo los dedos y frotando la yema del pulgar con el índice, comprobando su textura, y después se limpió con el dorso de una hoja del aloe vera que tenía al lado

Después de liberar tensión los hermanos siguieron viendo a su madre con el vecino

Ella se subió a la cama poniéndose a cuatro patas y el hombre se colocó detrás. Empezó a penetrarla con saña, oían los gemiditos desde la ventana

Yo pensaba que se hacía el amor besándose y de cara…- Susurró María, desconcertada, porque las veces que había visto en revistas hacerlo o a su madre masturbarse, al igual que hacía ella misma, era con la mujer boca arriba

No están haciendo el amor, están follando

¿Y qué diferencia hay?

El amor lo haces con tu pareja porque la quieres; follar…con cualquiera…por placer

Aquella frase se le quedaría de por vida.

El vecino jodía a su madre con ímpetu, y ella se la veía gozar. Sus tetas grandes blancas con aureolas oscuras se movían adelante y atrás; su trasero, algo fofo, hacía ondas con cada penetración que la golpeaba.

María estaba muy excitada. Se bajó de la piedra y le dijo a Antonio que volvieran a la habitación. Antonio quería seguir viendo, de nuevo con la polla dura.

Cerraron la puerta y se metieron en la cama; ni un minuto después la litera superior empezó a moverse, y María también se deshizo de su camisón para manosearse entera.

Antonio….

¿Qué?

¿Quieres bajar a tocarte ...

... aquí conmigo?

Vale….

Antonio bajó de su litera sin el pantalón del pijama y se quedó mirando a su hermana pequeña, desnuda y destapada. Se le puso más dura.

Ella se echó a un lado y él se tumbó también. Los hermanos empezaron a tocarse suavemente oyendo a su madre gemir y la cama golpear la pared.

¿Eres virgen?- Preguntó a Antonio

Sí. ¿Y tú?

También

María echó la mano a un lado hasta tocar a su hermano. Le retiró la mano de su polla e hizo que la colocase en su muslo, y ella se la agarró de nuevo.

Antonio acarició el muslo, cada vez acercándose más a su coño. Cuando llegó a los pelos y al calor, donde la diestra de María frotaba y frotaba, se detuvo, disfrutando de la paja que le hacía su hermana.

Ella aceleró sus movimientos en la polla y dejó de tocárselo para forzarlo a que también la tocase a ella.

Sintió un escalofrío al notar sus dedos en el coño, la primera sensación de que te tocan y no eres tú misma.

Tuvo que cogerle la mano para que se lo tocase como ella quería; le hizo meterle un dedo, dos dedos…que le frotarse el clítoris. María gemía y convulsionaba de placer, haciéndole una inconexa paja a su hermano y alternando sobarse los pechos con dirigir la mano que le estaba dando el placer.

Echó la vista al lado; Antonio estaba con los ojos cerrados disfrutando de la paja. Miró su polla y pensó en la chupada de su madre.

Se incorporó sacando a Antonio de su embelesamiento y con un movimiento felino se dirigió a la polla que seguía ...