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El día que me senté en la primera fila
Fecha: 01/10/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: SraFernanda, Fuente: TodoRelatos
... toda! ¡Hazme tuya para siempre, déjame tu hijo dentro, cabrón! Laura lloraba y reía, gimiendo como una loca, con el maquillaje corrido, los pezones endurecidos, su conchita chorreando mientras lo recibía todo, rendida, extasiada, perdida en esa entrega brutal. Leo embistió con más fuerza, con el cuerpo entero temblando de esfuerzo. Sus jadeos eran roncos, cargados de urgencia animal, y sus ojos se clavaron en los de Laura, que ya no podía hablar, solo gemir, gritar, suplicar con el cuerpo abierto y rendido. —¡Ahh... ahhh... ya... ya no aguanto...! —jadeó Leo, clavándose en ella con una última embestida profunda. —¡Sí! ¡Sí, mi amor! ¡Córrete dentro! ¡Dámelo todo! ¡Lléname esa concha! —gimió Laura con un grito sucio y desesperado. Y entonces ocurrió. —¡NnnnnGGGH! —gruñó Leo, temblando, con los músculos tensos como cuerdas. El primer chorro caliente de semen explotó dentro de ella, profundo, cálido, invadiéndola de inmediato. Laura lo sintió con una claridad indecente: una oleada espesa y ardiente llenándola por dentro, empapándola desde el centro de su vientre. Su cuerpo se sacudió, un espasmo de placer brutal la atravesó, y gritó con la voz rota: —¡AHH! ¡Me estás llenando! ¡Dios, me estás llenando toda! ¡Siento cómo me preñas, cabrón...! ¡Tu leche me quema! Me está dejando su semen... me está marcando por dentro... es suya mi conchita, suya toda... pensó ella entre lágrimas, sonriendo con delirio. Leo seguía empujando, con movimientos más ...
... lentos, casi espasmódicos. Cada nueva contracción le sacaba otro gruñido: —Uuhh... ahh... fffuck... —susurró, temblando mientras seguía derramándose dentro. Laura envolvió su cintura con las piernas, como si no quisiera dejarlo salir. Su interior lo apretaba, lo exprimía con ansias de cada gota. Lléname... deja que me embarace... que me quede con tu semilla... que me la saque chorreando cuando me levante... Ambos respiraban entrecortadamente. Leo cayó sobre ella, apoyando el rostro en su cuello sudado, y Laura lo abrazó con ternura sucia. Sus cuerpos pegajosos, húmedos, perfectamente encajados, con el semen tibio aún dentro. Se buscaron los labios. El beso fue lento, profundo, como si compartieran el mismo aliento cargado de lujuria y entrega. Las lenguas se encontraron con suavidad, contrastando con la brutalidad del acto. —Gracias... —susurró ella, jadeando, aún con la sonrisa perdida en el placer—. No sabes cuánto lo necesitaba... Leo solo la miró, con el pecho subiendo y bajando, y volvió a besarla como si no existiera el mundo más allá de ese cuerpo que acababa de llenar por dentro. Leo se separó apenas unos centímetros, aun jadeando, y quedó de rodillas frente a ella. La miró con una mezcla de adoración y lujuria, contemplando la imagen de su maestra completamente abierta para él. Sus ojos bajaron lentamente, fijos en el centro húmedo entre sus piernas, donde una gota espesa de semen comenzaba a escurrir por sus labios íntimos. Con un gesto lento y ...