1. El niño más gordo del campamento II.


    Fecha: 09/10/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Fetichismo Autor: GordMadrid, Fuente: SexoSinTabues30

    ... muy fuerte, pero es especial para los niños buenos y en seguida se acostumbran. De pié se encaró a Jaime que estaba sentado a su lado. La barriga del señor sobresalía un poco menos que su pene erecto y el obeso niño, sin esperar órdenes, ladeó la cabeza para esquivarla y reanudar la mamada. Al sorber con fuerza el vodka tosió, apartándo la polla del alcalde de su boca, pero el alcalde le agarró con fuerza la cabeza y se la volvió a meter. -No te preocupes, hijo, acostúmbrate, al principio cuesta, pero luego ya verás que rico. Jaime pronto dejó el nerviosismo y se relajó y empezó a disfrutar de una nueva polla para él. Que supiera era la sexta que se comía. El muy putito ya tenía más experiencia que muchas golfas que presumen de ser unas devorahombres. Pasado unos momentos el niño ya estaba desplegando todas sus artes orales. El alcalde se quitaba lentamente la camisa mientras se dejaba hacer de pie, con un pie encima del sofa. Sergio y yo teníamos una vista privilegiada de como ese señor se aprovechaba de la inocencia de un crio de 6 años. -Eso es, cómele la polla a papá, que has sido muy bueno y los niños buenos tienen este premio. El director nos dio las bebidas mientras me encabronaba con las palabras de ese pervertido. En mi cabeza quería tratar a Jaime como la puta que es, pero me parecía mal pervertir de esa forma a un crío tan inocente. Sabía que en diez años ese mariconcito iba a disfrutar con esas palabras mientras complacía a los hombres con su habilidad innata ...
    ... pero algo me decía que estaba mal adelantar tanto esas experiencias. Bebí del agua, que sabía salada. El Alcalde consiguió desnudarse casi entero sin que Jaime dejara de comérsela. Tenía los pantalones por los tobillos y su torso enteramente desnudo. Su gordura no era comparable con la del crío. Tenía unas tetillas de señor peludas que le sobresalían y una tripa que se mantenía sola, sin colgarle como a Jaime. Una tripa cervecera. El señor Montalbán sudaba mientras gemía y el pequeño obeso se iba introduciendo cada vez más de su polla. La piel de la polla del alcalde era muy elástica y el pequeño se entretenía masturbando su base y moviendo las pieles. Sus labios casi tocaban sus dedos porque se podía meter casi toda la polla entera sin esfuerzo. Sin duda el cabrón lo estaría gozando como nunca. Bebí otro sorbo de ese agua tan rara. Sergio daba largos tragos de su cubata, intentando disimular su excitación. Su erección se notaba incluso sentado. El Alcalde se retiró del obeso mamoncete y se sentó, mirándole a los ojos con una mirada de pervertido triunfante. -¿Te gusta comerme la poya, campeón? -Sí. ¡Al principio sabía rara pero luego dulce! -Claro, es que me tienes empapado de lo cachondo que me pones. Eres tal como me habían comentado, todo un hombretón. Me han comentado que te gusta mucho el relleno de nuestras pollas ¿Verdad? -Si, papá, me gusta mucho tragármelo todo, es mi premio y no quiero despediciarlo. -Eso hacen los auténticos ganadores, hijo, tragarse todo el relleno. ...
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