1. Nicky: no toques a mi hija 12


    Fecha: 17/10/2025, Categorías: No Consentido Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos

    ... nosotros?
    
    - ¡Cállate y déjame escuchar mi programa! ¡Y si no te gusta la vida que llevamos, puedes regresar cuando quieras a vivir con tu estúpida madre y el imbécil de su novio! ¡Seguramente va a estar encantado de tenerte de nuevo en casa! ¡Seguro que le va a fascinar la idea de que regreses después de que le dijeras que era un imbécil y un bueno para nada! - exclamó, burlándose de mí, haciendo que se me revolviera el estómago, obligándome a hacer un esfuerzo monumental para calmarme y tratar de contestarle con algo inteligente.
    
    - Pues tal vez empiece a pensarlo en serio, porque al menos en esa casa no tenía que rogar todos los días para que tuviéramos algo que comer ni… - contesté cuando el coraje y el dolor de estómago me lo permitieron, pero sabiendo que aquella batalla estaba perdida, escuchando cómo la voz se me apagó de pronto, justo en el momento en el que ese hijo de puta me miró, componiendo esa expresión con la que terminaba cada discusión que habíamos tenido durante semanas, con la que sembraba en mi corazón un intenso miedo que me paralizaba por completo, la misma clase de expresión con la que me decía que estaba a punto de perder la paciencia, un momento que, si continuaba quejándome, solía preceder al instante en el que perdía el control de sí mismo y me daba una buena golpiza para recordarme cuál era, según él, mi posición dentro de nuestra relación, diciéndome que yo me lo había ganado, que no debía molestarlo, que debía estar agradecida con él por ...
    ... permitirme pasar la noche a su lado.
    
    Fue muy humillante verlo sonreír cuando se dio cuenta de que la discusión se había terminado, de que el miedo que sentía tenía un peso mucho mayor que cualquier objeción que pudiera tener en contra de nuestro precario e inestable estilo de vida.
    
    - Ten - dijo mientras me extendía la mano con algunos billetes - ve a la gasolinería y tráeme un six de cervezas. Y piérdete por ahí un rato hasta que se te pase el berrinche, ya me estoy hartando de que hagas estas escenas como si estuvieras tan buena, como si no tuvieras la concha tan aguada - me ordenó, sonriendo mientras su mirada regresaba al televisor, antes de que saliera de la habitación con el dinero en la mano y muchas lágrimas derramándose por mis mejillas, de que caminara cerca de un kilómetro hasta la estúpida gasolinería para comprar la cerveza y unas quesadillas de microondas, pues tenía mucha hambre y sabía que el prepararlas me alejaría de ese imbécil por unos minutos más, los mismos en los cuales estuve llorando sin parar, en los que el cerdo que atendía el lugar no dejaba de mirarme el trasero y las tetas con ese gesto morboso que ni siquiera trató de disimular.
    
    Lo minutos pasaron mientras caminaba de regreso al motel, comiéndome las quesadillas de en el camino, lamentándome de la vida que elegí hasta que llegué a la entrada de esa maldito agujero y me di cuenta de que aún no quería reencontrarme con ese imbécil, no todavía, sintiendo el peso de aquel error que cometí al ...
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