Fatty, Patty y Katty XIV - Relatos Eróticos

Fatty, Patty y Katty XIV

... con una vitalidad incluso mayor que la última amazona, pues lo cabalgaba con el ritmo de la primera, pero con la violencia de la segunda, pues daba sentadillas a una velocidad que posiblemente ninguna de sus nietas habría superado. Las otras tres miraban asombradas como a pesar de sus evidentes resoplidos por el esfuerzo y el sudor que poco a poco cubría toda su piel, pasados más de quince minutos seguía manteniendo la regularidad de sus movimientos, hasta que de pronto tuvo un tremendo espasmo y se tumbó sobre su joven amante al que beso en sus mejillas cariñosamente y de forma entrecortada por el agotamiento, dijo:

-Me he propuesto disfrutar del sexo todo lo que pueda, y durante todo el tiempo que me pueda quedar para hacerlo. Al comprobar que mis hijas pueden disfrutar entre ellas y también con Jesús, me he dicho a mí misma, “fóllatelo ahora que puedes, que quizás no tengas otra oportunidad”

-Pues con el ímpetu y la persistencia que has demostrado que tienes, es posible que el tiempo que te quede para disfrutarlo sea bastante remoto. – dijo Gloria aplaudiendo alegremente – Vaya demostración de fortaleza y resistencia que tiene la “abuela”

-Horas de gimnasio, - le dijo Virginia – Nos machaca cuando vamos con ella y no hay quien le aguante el ritmo, por eso es admirada y respetada por todas sus alumnas a las que entrena en su gimnasio. Pero lo que más me asombra, no es precisamente la resistencia de mi madre, lo que es inaudito es lo que aguanta mi hermanito con ...

... el trabuco cargado, pues da la impresión de que aún tiene capacidad de echar otro polvazo.

-Quizás ese sea mi destino, conseguir que ese trabuco dispare. – dijo Gloria risueña – Voy a ver si vuelve a llenarme otra vez.

Dicho y hecho, se montó ahora ella sobre el joven y en poco más de diez minutos tenían los dos un orgasmo compartido digno de unos recién casados, pues Gloria tras quedarse totalmente satisfecha, empezó a besar a Jesús como una novia en su noche de bodas, un beso que duro hasta que tuvieron que separarse para respirar.

Ya los cinco más relajados, incluso Ana algo abochornada, decidieron darse una ducha y vestirse, y cuando ya estaban todos visibles decidieron bajar a desayunar. Su sorpresa fue encontrarse a las seis jovencitas en la cocina, que capitaneadas por Alma estaban preparando un opíparo desayuno, pues tenían ya los once platos sobre la gran mesa de la cocina con sus cubiertos, y sus vasos, tres grandes jarras de zumo de naranja, una fuente de patatas fritas, beicon, lomo y estaban terminando de freír huevos. Fue Fatty, que ya no solo era la portavoz de las hermanas, pues se había erigido en portavoz de las seis primas, la que les dijo:

-Nos hemos estado bañando y dando tiempo a que las viejas os desahogaseis con nuestro maravilloso tío. Cuando hemos escuchado el inconfundible grito de Gloria al llegar al clímax, hemos decidido que debemos recuperar fuerzas, sobre todo Jesús, para que hasta que vengan mi abuela y mi madre, pueda tenernos ...