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Malas elecciones …
Fecha: 21/10/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Peter28, Fuente: TodoRelatos
... tarde, como si el día no le perteneciera. Llevaba un vestido ligero color crema y el cabello recogido en un moño imperfecto. Su cara estaba maquillada, pero no en exceso, lo suficiente para disimular las ojeras. Caminaba con calma, pero yo notaba que miraba a todos intentando descifrar algo. —¿Todo listo? —preguntó, forzando una sonrisa mientras miraba a mi padre. —Casi —respondió él sin apartar la vista de la carne que estaba adobando—. Solo falta encender el carbón. Ese “solo falta” sonó como una línea de defensa. Él no levantó la vista, no buscó sus ojos. Era como si estuviera hablando con una compañera de trabajo, no con su esposa. Ella pareció percibirlo, pero no insistió. El inicio de la reunión Llegaron primero unos tíos lejanos de parte de mi padre. Luego, unos vecinos cercanos. La música empezó a sonar —un playlist de salsa vieja y bachata— y el humo de la parrilla comenzó a extenderse por el jardín. Yo me movía entre la cocina y la terraza, ayudando a servir bebidas y pan, pero observando cada interacción. Mi padre estaba impecable en su papel de anfitrión: reía, servía copas, preguntaba a todos por sus trabajos o sus hijos. Con mi madre también interactuaba, pero con la distancia medida de quien no quiere que un gesto lo delate. Le pasaba platos, le pedía sal, pero no había roce, no había esas pequeñas caricias disfrazadas de accidente que siempre tenían. Pablo también lo notaba. Cada vez que mamá se acercaba a nosotros, él bajaba la ...
... mirada, fingiendo revisar el móvil o ajustarse el reloj. Ella, al principio, intentó hablar con él: —¿Y tú, Pablo? ¿Cómo van las clases? —Bien mamá—respondía él, sin darle más hilo. Yo, directamente, evitaba quedarme a solas con ella. La incomodidad en la mesa Cuando sirvieron la carne, todos se sentaron alrededor de la mesa larga del jardín. Las conversaciones de los invitados llenaban el aire, pero en nuestra zona, la de los cuatro, había un silencio tenso. —Está buena la carne, Darío —dijo uno de los tíos. —Gracias, la dejé marinando desde anoche —respondió mi padre con una sonrisa medida. Mi madre lo miraba de reojo, como queriendo encontrar una grieta, un gesto que le revelara si él sabía. Y él… él mantenía la máscara intacta. Yo podía ver en ella pequeñas dudas que empezaban a colarse. Tocaba su copa de vino sin beberla, se acomodaba en la silla, miraba hacia la casa y luego volvía a la mesa. Como si por un instante se preguntara si debía cancelar lo que planeaba para el lunes. Las conversaciones cruzadas A mitad de la comida, mientras los adultos hablaban de política y economía, Pablo me envió un mensaje desde su móvil: ”¿Te diste cuenta? Ella está incómoda. No sabe qué sabemos.” Le respondí: “Sí. Pero sigue actuando.” Vimos que escribía algo en el móvil, era un mensaje a Jaime —Jaime al regresar de Barcelona voy a renunciar. El aborto, la locura de poner en peligro mi matrimonio y la angustia de vivir en agonía cada día, no lo ...