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Qué iba a saber yo (6) Sin saber por qué
Fecha: 24/10/2025, Categorías: Gays Autor: Bartowski, Fuente: TodoRelatos
Capítulo 6. Sin saber por qué Por fin nos vestimos con la ropa de calle, aunque John optó por ir a lo comando. Me preguntó si vivía lejos y se ofreció a acercarme. Le dije que no hacía falta, pero él insistió, así que me encontré subiéndome a su Land Rover Discovery. No esperaba otro coche que no fuera un todoterreno tratándose de John. Parecía bastante nuevo, tal vez un capricho que no había podido permitirse en sus años de casado y que, ahora soltero, se lo había regalado. Olía a ambientador de brisa marina y, colgadas del retrovisor, en vez de los típicos dados rojos, tenía unas setas de Super Mario. Apartó del asiento del copiloto una pila de papeles, seguramente exámenes, y los dejó en el asiento de atrás. —Pasa, pasa, chaval —dijo con una sonrisa. —Tienes un coche impresionante —le dije, sorprendido y también para hacerle un poco la pelota—. Y se nota que es nuevo, ¿eh? Soltó una risa mientras se abrochaba el cinturón de seguridad. —Que yo soy muy limpio, ¿eh? —contestó, bromista, justo cuando yo me colocaba también el cinturón. —No lo dudo, no lo dudo. Sobre todo tienes limpia la ropa interior… que no llevas —le respondí con una sonrisa, intentando picarle. John solo se rió y llevó una mano instintivamente a su abultado paquete, rascándolo. Arrancó el coche, y aproveché que su mirada estaba fija en la carretera para mirarlo de reojo. Estaba siendo muy amable conmigo, incluso después de escucharme hablar del asunto con Henry, sin ...
... mencionar su nombre, claro. Le había contado detalles escabrosos que debería haberme guardado para mí. Luego, en casa, seguro que me moría de vergüenza. Pero a lo hecho, pecho, supongo. A John no parecía importarle nada de eso. Se estaba comportando no solo como mi tutor y profesor, sino como un verdadero buen amigo, y eso era justo lo que necesitaba en estos momentos. ¡Hasta le había confesado que era gay! ¡La primera vez que “salgo del armario”, y es delante de él! —¿Otra vez pensando en el tío ese? —me preguntó, sin apartar los ojos de la carretera. Llevábamos ya unos minutos de recorrido, y no quedaba mucho para llegar a mi casa. —No, no… —me mordí el labio, contestándole pudoroso. —¿Entonces? —giró una calle y me miró con una ceja alzada—. Nos acabamos de ver desnudos, me has visto el rabo empalmado, te lo he visto yo a ti… ¿y ahora me vienes con vergüenza? —dijo, jocoso. —No, no es eso… Estaba pensando en que me alegro de que estés en mi vida. Eres… Empezó a aparcar delante de mi casa. —Eres un buen amigo, y por eso… por eso quiero darte las gracias —dije, a punto de romper a llorar de la emoción, pero me contuve. No quería que me viera llorando otra vez. En su cara vi cómo se dibujaba una sonrisa tierna. Y tal vez mis ojos me jugaban una mala pasada, pero me pareció ver un leve rubor en sus mejillas. —No hay por qué dar las gracias. Aunque seas mi alumno, te considero un buen amigo. Anda, ven. Abrió los brazos y se estiró hacia mí. Me quedé ...