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Qué iba a saber yo (6) Sin saber por qué
Fecha: 24/10/2025, Categorías: Gays Autor: Bartowski, Fuente: TodoRelatos
... sabía nada de lo que él hacía a sus espaldas. Ella, que se creía que su novio le estaba siendo fiel. No era culpa mía, y aun así me sentía culpable. Solté un largo suspiro y cerré los ojos, intentando dormir. Finalmente me sumí en un sueño profundo, del que me costó despertar. El eco de la alarma sonaba a lo lejos, diluido en la niebla del sueño. Extendí la mano a tientas por la mesita hasta dar con el móvil. Cuando lo encontré, lo aferré con fuerza y deslicé mi pulgar deteniendo la alarma. Bostecé, aún agotado, y recordé que la noche anterior no había podido disfrutar de mi momento de onanismo nocturno. Mi miembro, más despierto que yo aquella mañana, se mantenía erecto y con rabia, encerrado en mis calzoncillos holgados. Llevé mi mano izquierda hacía él y empecé a acariciarlo con suavidad. Solté un leve suspiro de placer y decidí buscar inspiración en el móvil. Recordé la foto que Henry me había mandado la noche anterior y la busqué en su chat. Allí estaba, en todo su esplendor: su rabo descapullado y venoso, ocupando toda la pantalla. Empecé a pensar en todas las imágenes que tenía guardadas en la memoria de nuestros encuentros, en aquellos benditos treinta minutos de cada lunes. De pronto, el móvil vibró y una notificación me sobresaltó. Era un mensaje de John. Y sin poder evitarlo… se me dibujó una sonrisa en los labios. J: Buenos días, chaval Z: Buenos días, viejoven Le contesté con la intención de meterme con ...
... él. J: Jajajaja, no seas cabrón. Z: “Emoticono de cara inocente” J: ¿Qué tal has dormido? Z: Pos bien, bien. No me quejo Z: ¿Y tú? J: Bien, bien. J: Después de lo del gimnasio me tuve que desahogar, luego ya me quedé frito jajaja. Me quedé mirando la pantalla del móvil, sorprendido. Leer que se había masturbado después de nuestro encuentro hizo que se me secara la garganta… y mi falo diera un bote. Z: Normal, si llevas tanto a dos velas… Le dije, intentando empatizar con él de colegueo. Como si supiera cómo se sentía eso, cuando en realidad no tenía ni puta idea. J: Pues ya ves, chaval. J: Pero para eso tenemos las manos. J: Oye, que solo saludaba para dejarte agregado. Hablamos más tarde, que si no, no llego a clase. Z: Okay, hablamos más tarde. J: Y tú espabila, que vas a llegar tarde a mi clase, y es a segunda hora jajaja. J: Un abrazo. Z: ¡Tahora! Si me hubiera mirado en ese momento en el espejo, me habría dado cuenta de la cara de bobalicón sonriente que se me había quedado. John… John era un gran amigo y un apoyo enorme en ese momento. Él no tenía ni idea de lo importante que era para mí ni de cuánto apreciaba poder hablar con él de todo eso. Y luego estaba Henry. Ese hombre que me estaba volviendo loco poco a poco y que me llevaba por el camino de la lujuria y el sexo. Que a veces parecía que solo me quería para eso, y otras veces… me daba la sensación de que quería algo más. O tal vez solo eran ...