La verdad sobre Ester - Relatos Eróticos

La verdad sobre Ester

... la boca y que con ello des un morreo igual de tórrido que el que nos hemos dado a tu padre.

—Sí, Señor. —Se arrodilló de nuevo en el suelo, esta vez a espaldas de Pedro.

No se había ensuciado mucho. Aun así el sabor del esfínter era acre y Raquel no pudo evitar una pequeña arcada, por lo que pensó que lo que le esperaba después sería una tortura. Y así fue. Incorporada y vestida, tomó con los dedos el papel que lo envolvía y en medio de diversas arcadas consiguió metérselo en la boca y masticarlo. Tragar fue más difícil y lo hizo con dos tercios del producto, llegando a estar a punto de vomitar. Abrió la boca mostrándole a pedro lo que le quedaba.

—Bien. Sigue masticando y salívalo hasta llegar a la mesa.

Salieron del cubículo. Dos hombres estaban orinando y uno los miró mal. El otro salió detrás de ellos. Llegaron a la mesa. Laura, Laurita, Svetlana y Pepi estaban llegando de su vuelta, probablemente porque Carlos las había llamado. Dos manchas de humedad marcaban el top de Laura a la altura de sus pezones. Raquel miró a Pedro que asintió. Se inclinó hacia su Padre y lo «saludó» con un largo y extenso morreo.

—Por favor Amo —pidió Laura mirando a Carlos—, con el permiso del Señor, necesito que me entregue el saca leches.

Carlos miró a Pedro que asintió en silencio. Abrió la mochila y sacó dos neveras térmicas. Abrió al primera y le entregó la ventosa succionadora y un bote que Laura acopló. Se levantó el top y aplicó la ventosa sobre su pecho sin siquiera ...

... quitar el piercing de aro horizontal ni la barra vertical. Lo encendió, un pequeño motor accionó la ventosa para succionar. Empezó a manar líquido.

—Pepi ya es bastante mayor para seguir lactando, ¿no? —comentó Pedro. Carlos asintió, pese al mal gesto de su cara que probablemente se debía a que aún estaba «saboreando» el beso de su hija.

—Así es —aceptó Laura—, de hecho le retiré la lactancia en marzo de 2020 y llamamos a Raquel, la otra sumisa de Carlos y esposa de nuestro mutuo amo, Ángel, para que, con su permiso, se instalase en casa cuidando de las niñas, pero en especial de Pepi. Dado que Amo Ángel es analista en el hospital y Amo Carlos y yo médicos todos estábamos en riesgo y no quería contagiar a las niñas, así que nosotros dos nos fuimos a dormir a la consulta.

»Y efectivamente en junio del 20 caí enferma de COVID y al poco Carlos. Estuvimos un mes aislados y Amo Ángel vino la última semana pues él también cayó enfermo. Ama Esther nos justificó secuelas, no nos dio opción y nos dijo que estuviéramos dos meses encerrados, y a baja. Pero además indicó que me recuperasen la lactancia. Hasta septiembre era solo por hacerme lactar, además de para que Amo Ángel la analizase para ver que no hubiera restos de enfermedad. Desde entonces, cada dos días, le envío toda mi producción. Y si la media de los dos días no es un litro por día me castiga. —Ya había llenado uso ciento ochenta mililitro y no salía más. Laura paró el extractor y estirando lo quitó de su pecho y ...