La sumisión de Claudia, Cap. 4 - Relatos Eróticos

La sumisión de Claudia, Cap. 4

... los animales de peluche que colgaban del techo quería, Sam se volvió hacia ella con una sonrisa y le pidió que eligiera.

Le resultó difícil elegir, y el charlatán se impacientaba mientras revisaba las opciones. Finalmente se decidió por un gato de peluche de color óxido.

"¿Dónde aprendiste a lanzar así?" le preguntó a Sam más tarde mientras caminaban hacia la salida.

"¿Qué quieres decir?" la rodeaba con el brazo, y estaba a gusto.

“Quiero decir que esos juegos están amañados. Es casi imposible derribar todas esas botellas.”

"Sí," Sam se encogió de hombros. "Lo sé."

"¿Entonces, cómo lo hiciste?"

"Red," la abrazó con un solo brazo. “Cuando era niño, solía cazar conejos para la olla de esa manera. Se me quedó un poco grabado.”

"Y es por eso que pudiste golpear a Shepperton con una piedra antes de que pudiera dispararme."

“Pues algo sí. Era un objetivo mucho más grande que cualquier conejo que haya visto. Pero bueno, ahora tengo una pregunta para ti.”

"¿Qué?"

"¿Por qué elegiste ese peluche en particular?" preguntó. Ya tienes uno.

"¿Qué? No tengo ningún peluche en casa, y mucho menos uno como este.”

"Eso no es lo que quise decir, Red," se rió entre dientes. Ahora estaban en el aparcamiento. Era tarde y solo quedaban unos pocos coches.

"Bueno, ¿qué quieres decir?"

Puso la boca cerca del oído y murmuró: "Quiero decir, ya tienes un conejito rojo ahí abajo."

No paró de reírse todo el camino de regreso al coche.