1. LNE (3). Unicornios en modo combate


    Fecha: 08/11/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: Schizoid, Fuente: TodoRelatos

    ... como:
    
    —No pares, o te pateo con el pie sano.
    
    Tenía un coñito amplio, de labios grandes, bien jugoso, pero a César siempre le gustó tentar la suerte. Con atrevida suavidad las caricias de su lengua fueron descendiendo más abajo, más allá, donde nunca antes había nadie llegado, ella se tensó… solo un poco.
    
    —Ahí no… —dijo, sin mucha convicción.
    
    —¿Nunca?
    
    —Nunca entregué la retaguardia. Soy muy territorial.
    
    —Pero… ¿me dejas hacer reconocimiento de terreno?
    
    Silencio. Un suspiro.
    
    —Haz lo que quieras. Pero si lo cuentas, te vas a sentar con una bolsa de hielo en los huevos toda la semana.
    
    Y así fue. Con un respeto casi litúrgico, César bajó. Lento. Preciso. Su lengua encontró territorio virgen. Cristina arqueó la espalda y soltó un gruñido que hizo que la camilla crujiera, y terminase por desplomarse con un clonk sordo que hizo temblar el armario de gasas. Ambos se echaron a reír, todavía entre jadeos, cuerpos entrelazados, la bolsa de hielo desparramada por el suelo.
    
    Cristina, aún medio desnuda, con las piernas sobre César, le miró con sorna.
    
    —Admito que tienes talento… para las vías secundarias.
    
    —¿Eso fue un cumplido?
    
    César la besó, todavía con el gusto de su entrega en los labios.
    
    —¿Y ahora?
    
    —Ahora nos vestimos y me ayudas a cojear con estilo.
    
    ***
    
    La excursión estaba llegando a su fin. Lluvia daba indicaciones con voz de yoga pero mirada de alarma. Su plan de dividir en grupos había colapsado porque algunos niños ...
    ... querían ver a los patos y otros querían convertirse en patos. Marian se ofreció a ayudar con los más revoltosos. El resto se hizo fuerte en la sala que hacía las veces de recepción, almacén y comedor.
    
    —¿Qué tal el día? —preguntó Inés, mientras tomaban un café bio de comercio justo y escuchaban a Lluvia repetir tres veces el recuento de niños, antes de subir al autobús.
    
    —He aprendido a no confiar en gallinas cultas —dijo Cristina -. Y a no apuntarme sin pensar a las excursiones.
    
    —Y yo a no dejar que me huela una cabra en celo, porque soy capricornio—añadió Marisa, acariciándose el muslo donde tenía una áspera lamida casi en carne viva.
    
    —Yo he aprendido que mi hijo cree que la cabra es un unicornio en modo combate —dijo César, mientras sacaba una toallita húmeda con la dignidad de un samurái derrotado.
    
    -Veo que ha heredado la perspicacia matemática de su padre... – respondió con sorna Inés.
    
    -¿Eh? – César se limpiaba con abatimiento las zapatillas de lo que esperaba fuese barro, aunque el olor parecía inclinarse hacia guano de animales variados.
    
    -Sumar dos y dos no es lo tuyo, tampoco… - añadió Inés, como estropeando la broma.
    
    César se encogió de hombros y siguió a la tarea.
    
    —¿Sabéis qué he aprendido yo? —intervino Cosme, quitándose un trozo de pan de la barba—. Que me voy a jubilar con un expediente disciplinario por tráfico de chorizo. ¿Quién podría pensar que esto era una granja vegana? ¿Y quién le ha dado a esa chica la autoridad de incautar ...